Javier Flores
Nos dirigimos hacia la normalización paulatina de las actividades en nuestro país, las cuales fueron modificadas por la alerta sanitaria declarada el 23 de abril. Ingresamos así a una etapa en la que, después del pánico, aparece el discurso triunfalista. Algunas de las frases oficiales para justificar este cambio son las siguientes: a) la epidemia se ha estabilizado, y b) se encuentra en su fase de descenso. Pero, ¿algo de esto es cierto?
Para responder a esta pregunta podemos recurrir a una fuente confiable, por ejemplo, los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La epidemia de influenza A/ H1N1 se ha definido a partir de los casos que son confirmados mediante pruebas de laboratorio. El panorama a escala mundial muestra, contrariamente a lo que afirman las autoridades mexicanas, que la epidemia se encuentra todavía en una etapa de ascenso. Del 24 de abril al 4 de mayo, de acuerdo con los reportes del organismo mundial, los casos han aumentado de 25 a 985. El número de países donde se ha detectado la enfermedad ha pasado de dos a 20 en el mismo periodo, e involucra ya a cuatro continentes. En otras palabras, a escala global la epidemia está creciendo. En algunas naciones, como Estados Unidos, se observa una curva típica de crecimiento exponencial.
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