viernes, 13 de marzo de 2009

Dios mío, hazme viudo

Gabriela Rodríguez

El Día Internacional de la Mujer mostró de qué manera ha crecido el potencial de influencia de la Iglesia católica en los procesos electorales del país y cómo la jerarquía eclesial se ha empoderado desde fines de los años 80 por la polarización partidista y posteriormente por el triunfo de Acción Nacional en el gabinete federal.

Es un hecho que desde la Revolución Mexicana la Iglesia católica como institución perdió poder frente al Estado y dejó de ser su competencia. Durante el dominio del PRI se tuvo que someter a restricciones estrictas en cuanto a su participación política, que fueron más bien artificiales, pero que, sin embargo, permitieron a los gobernantes utilizar o excluir a los obispos de acuerdo con su conveniencia. Hoy los jerarcas eclesiales tienen tanta fuerza como los partidos mayoritarios, es decir, se hablan de igual a igual, y es la ciudadanía, en especial las mujeres, quienes sufren las consecuencias.
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