Tiene carácter privatizador y su mensaje es tramposo
Lo que dice EPN es lo mismo que aseguró Salinas antes de la firma del TLC
Se busca entregar la renta petrolera a las grandes empresas transnacionales
Al privatizarse  la renta petrolera se incrementarán los  impuestos
(Transcripción de la conferencia de prensa ofrecida 
por Martí Batres para fijar la postura de Morena sobre la propuesta 
privatizadora presentada el día de hoy por Enrique Peña Nieto)
Queremos realizar por parte del CEN de Morena un primer 
posicionamiento sobre el mensaje que ha expresado el ciudadano Enrique 
Peña Nieto en torno al tema energético.
Consideramos
 para empezar que se trata de un atentado contra la juventud y su 
futuro, precisamente el día de hoy, día de la juventud. Es una 
iniciativa, la que ha enviado Enrique Peña Nieto al senado el día de 
hoy, de carácter privatizador, y su mensaje es tramposo, mentiroso y 
cínico.
La iniciativa de Enrique Peña Nieto plantea la 
privatización prácticamente de toda la cadena productiva energética, 
tanto del petróleo como de la electricidad. Es una gran traición a la 
historia y al pueblo de México. Precisamente las palabras que pronunció 
Enrique Peña Nieto en el sentido de que con esta reforma se verían 
beneficiados los bolsillos de los mexicanos son idénticas a las que 
pronunció Carlos Salinas de Gortari poco antes de la firma del Tratado 
de Libre Comercio.
Llevamos, en efecto, 30 años de privatizaciones, de 
reformas estructurales. El discurso de Peña Nieto es cínico porque 
reconoce que en las últimas tres décadas  no ha tenido crecimiento 
nuestro país y no se han visto beneficiadas las familias mexicanas, pero
 lo que no dice es que este perjuicio lo ha tenido México precisamente 
por la realización de este tipo de reformas como la que él, el día de 
hoy, pretende realizar enviando una iniciativa al Congreso de la Unión.
La iniciativa altera la estructura constitucional de
 los energéticos al plantear la reforma a los Artículos 27 y 28 de la 
Constitución. Esta iniciativa de reforma está acompañada de la idea de 
generar los contratos de utilidad compartida que en el nombre nos dicen 
todo. Se busca, a partir de estos contratos, compartir las ganancias, es
 decir la renta petrolera, la enorme renta petrolera que tiene nuestro 
país con las compañías extranjeras.
El sentido de la reforma es abrir, como dice el 
discurso del propio Peña Nieto, la exploración y la producción del 
petróleo a contratos con grandes compañías extranjeras supuestamente 
exportadoras de tecnología global que vendrán a nuestro país a invertir 
en energía. Se busca, además, abrir la petroquímica y la refinación a la
 inversión extranjera directa y, por si no fuera poco, también se 
pretende realizar una reforma constitucional para entregar totalmente el
 sector de la generación eléctrica a las grandes compañías privadas.
Al final, en su mensaje sobre el petróleo, anuncia 
Peña Nieto además un nuevo régimen fiscal. Es decir, el aumento del IVA y
 el Impuesto Sobre la Renta para seguir golpeando a las familias de 
clases populares y de clases medias.
La relación entre el nuevo régimen fiscal que 
anuncia y los contratos de utilidad compartida es muy lógica. Por un 
lado, si se comparte la renta petrolera esto quiere decir que 
disminuirán los recursos que llegarán a las arcas de la nación y, por 
otro lado, el nuevo régimen fiscal buscará compensar esos recursos 
perdidos con aumentos a los impuestos, especialmente el IVA pero también
 el Impuesto Sobre la Renta.
Por otra parte, nos parece fundamental contestar la 
falsificación de la historia que pretende realizar Enrique Peña Nieto, 
es un insulto a la memoria del General Lázaro Cárdenas del Río, es una 
ofensa a todos los mexicanos y a nuestra historia la mención que se ha 
hecho buscando deformar, falsificar, el papel del General Lázaro 
Cárdenas en la historia de los energéticos y del país.
Lo que hace Peña Nieto es ir en el sentido 
exactamente contrario del general Lázaro Cárdenas del Río. Lázaro 
Cárdenas recuperó el petróleo que estaba en manos de compañías 
extranjeras. Peña Nieto lo que quiere hacer es entregar las ganancias 
del petróleo a compañías extranjeras, no tiene que ver uno con el otro, 
son proyectos totalmente diferentes, diametralmente opuestos.
La figura que utilizó el General Lázaro Cárdenas del
 Río en 1938 no fue una reforma constitucional, la figura que utilizó 
fue la expropiación, la figura jurídica que utilizó el General Lázaro 
Cárdenas del Río fue la expropiación del petróleo para beneficio de la 
nación. La figura que utiliza ahora Enrique Peña Nieto para devolver el 
petróleo a las grandes compañías extranjeras es la de los contratos de 
utilidad compartida. Pero hay de contratos a contratos y no es lo mismo 
que una empresa de la nación contrate a una industria privada para 
comprarle tornillos, a que una empresa de la nación contrate a una gran 
empresa transnacional para entregarle la mitad de la renta petrolera, de
 los yacimientos que se encuentren en aguas profundas, en aguas someras o
 del gas shale.
Nada tiene que ver el General Lázaro Cárdenas del 
Río con el anuncio que ha hecho hoy Enrique Peña Nieto. Al contrario, el
 mensaje de Peña es una traición al General Lázaro Cárdenas y a su 
legado histórico para el país.
Peña Nieto no se 
parece en nada al General Cárdenas. En todo caso se parece a Miguel 
Alemán, quien introdujo los llamados contratos-riesgo, o a Felipe 
Calderón, quien usó los llamados contratos-incentivados. La propuesta de
 Peña Nieto es aún peor, porque los contratos que propone bien podrían 
llamarse contratos-concesión.
Con la propuesta de Peña Nieto, por el contrario, se
 busca como objetivo que los grandes yacimientos que se puedan 
encontrar, los nuevos yacimientos, sean explorados, explotados y 
producidos por grandes compañías extranjeras. De otra manera no habría 
necesidad alguna de reforma legislativa de ningún tipo, ni a la 
Constitución ni a leyes secundarias.
Si se trata de aumentar la producción, México tiene 
la riqueza necesaria para investigar, comprar tecnología, producir 
tecnología propia, construir refinerías propias, ampliar su capacidad de
 plantas petroquímicas. No necesita ninguna reforma constitucional ni a 
leyes secundarias. Esta reforma tiene como dedicatoria a las grandes 
compañías extranjeras que supuestamente vendrían a darnos tecnología 
nueva, de punta, y recursos para ampliar el caudal de inversión. Pero 
las compañías petroleras extranjeras no han acudido ni a México ni a 
ningún país del mundo a brindar ayuda humanitaria jamás, lo único que 
han hecho es buscar grandes utilidades, ganancias y llevárselas a sus 
países metrópolis de origen.
Por lo tanto, rechazamos absolutamente, en todos sus
 términos, letra por letra, la propuesta que ha enviado hoy enrique Peña
 Nieto, vamos a combatirla y vamos a informar al pueblo de México y lo 
estamos convocando con mayor razón ahora al Zócalo de la Ciudad de 
México, el Domingo 8 de septiembre a las 10:00 de la mañana con Andrés 
Manuel López Obrador.
