miércoles, 2 de julio de 2008

Columna Rota


LA COLUMNA ROTA

VERÒNICA VILLALVAZO

EMELIA Y LA LUCHA POR LAS TRIQUIS

Hace un año desaparecieron Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, mujeres afortunadas y desafortunadas de nacer en una de las regiones más bellas del estado, la zona triqui.

El 17 de agosto de 2007 durante una conferencia de prensa conocí a una mujer extremadamente maravillosa y fuerte, tanto como aquellas montañas que muchas veces he visto en los pocos paseos que llevo en la enaltecida Oaxaca, la fuerza de sus palabras exigiendo justicia, exigiendo la presentación con vida de sus dos primas, me hizo mantenerme cerca de ella hasta el día de hoy, durante este tiempo Emelia nos ha hecho el llamado de la situación que padecen las mujeres triquis, y tal parece seguimos inertes ante el dolor, la tortura con la que estas mujeres han vivido, y solo se les volteó a ver con la muerte de dos también grandes mujeres Teresa y Felicitas, pero ahí se detuvo, no hubo más, ahí quedo la empatía que este grupo de mujeres necesita, sean del lado que sean, UBISORT. MULT Y MULTI.

Los lideres de estos grupos tal pareciera en su disputa se han olvidado de la base real, de lo que ellas viven, de lo que sufren al ser violadas, vendidas, asesinadas, en muchas ocasiones solo de han limitado a amenazar al gobierno con movilizar a los muchos indígenas que creen en ellos y con esto sacar ciertos provechos del dolor, convirtiéndose así en los vampiros que tanto chupan la sangre de los necesitados.

La impotencia que viven aunada a la paradoja de la esperanza y la fe se amplía cada momento, por la desesperación de que sus familiares están desaparecidas; Antonia la madre de Daniela y Virginia espera a diario el regreso de sus hijas, viviendo en la zozobra de saber si están vivas o muertas, más allá de lo que las autoridades le pueden responder, más allá aún de la ayuda que se le brinda por algunas organizaciones que pretenden echar un capote ante lo que ella sufre, cada instante de su vida vive el dolor de una madre, que ignora donde se encuentran sus hijas ¿Quién no ha pasado por un momento este dolor? cuando en el súper, en el parque, al caminar por las calles por instantes se pierde de vista a los pequeños hijos., ese dolor esa angustia que devora la padece todo el tiempo Antonia, pero todo eso se con la cotidianeidad.

Para las mujeres de las comunidades triquis los derechos humanos les son ajenos, su integridad se ve violentada tanto por la carencia de los servicios y condiciones básicas para la vida, como por el riesgo latente de ser lesionadas o de perder la vida por motivos políticos. Ante ello, quienes han sido mayormente vulnerables son los ancianos, las mujeres, los niños y niñas; convirtiéndose en escudos humanos, en botines de gran valía para tomar venganza entre sus enemigos.

Se puede hablar de mil suceso pero las lagrimas de Emelia la impotencia, de no poder hacer que la sociedad voltee a verlas, genera en ellas desilusión, es ya importante detenernos a revisar la poca empatía con la que vive el ser humano, es importante aprender a reaccionar antes de que sucedan hechos sangrientos y culpar a los gobernantes, no con esto se quita la responsabilidad que ellos tienen en estos asuntos ya que en efecto al procurador del estado de Oaxaca se le ha señalado la situación desde hace varios meses y hasta la fecha no ha actuado y se espera que lo haga, el Dr. Evencio Nicolás Martínez se comprometido muchas veces ante organismos, ante la exigencia de la Cámara de Diputados Federal a iniciar un operativo para buscar a Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, y hasta la fecha no ha habido nada, solo el ruido que generó lamentablemente la muerte de Teresa y Felicitas ¿Qué vamos a hacer como sociedad?, ¿Esperar una masacre mayor? y entonces señalar.

La sociedad tiene una gran deuda con los indígenas, la sociedad entera debe entender que gracias a ellos estamos en este país tan lleno de contradicciones, que son nuestras raíces y que no se puede permanecer impávido ante tanta agresión, que no se puede ya darle más importancia a un césped, que a una mujer triqui, citando aquí a las palabras de una mujer que admiro y respeto mucho por la forma callada con la que a su forma ayuda a las triquis, después de hablar con ellas y conocer como sobreviven, leyó en el parque “El llano” en la Cd. de Oaxaca un anuncio que decía así, " NO ME PISES; CUIDAME. ¿Será en efecto que los céspedes de nuestros jardines son más importantes que la vida de una mujer que es amenazada de muerte por denunciar lo que viven en su comunidad? Lore no lo creo, aun creo en la capacidad del ser humano de empatar y cambiar su destino.

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