miércoles, 16 de julio de 2008



Debate Petrolero
Luis Linares Zapata

Finiquitar el modelo del desarrollo estabilizador, con su política de sustitución de importaciones, tomó décadas, a pesar de los signos claros de agotamiento. El costo de su no renovación fue altísimo. Las urgencias para el rediseño del modelo, tanto en sus políticas públicas como en la efectividad de los diferentes instrumentos empleados, se veían perentorias. Aun así, se dejaron pasar. La realidad fue ninguneada y se perdió tiempo valioso para los remplazos, mismos que no llegaron, sino hasta muchos años después. Y cuando lo hicieron, en los inicios de los años 80, fueron por demás dolorosos. Sin planeación cuidadosa, se dio paso a una transición a matacaballo. Posteriormente, se tuvo que pagar un precio inmenso para entrar al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés.)

La apertura para amoldarse a la globalidad ha sido, por demás, intempestiva y violenta sobre la Fábrica Nacional. Una a una las distintas ramas productivas comenzaron a ser desmanteladas en sus interconexiones. No se recurrió a red alguna de protección que amortiguara sus efectos en las cadenas industriales. Tampoco se preparó a los trabajadores para las nuevas aventuras. La investigación, creación tecnológica y las ingenierías han languidecido en el abandono. No se atendió el complejo entramado agroindustrial existente hasta ese momento.

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