lunes, 8 de septiembre de 2008

PLAZA PUBLICA





8/SEPTIEMBRE/2008
PLAZA PÚBLICA
Trascendencia de la UdeG

MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA

Aunque es temprano para declararlo concluido, el conflicto interno de la Universidad de Guadalajara, la segunda más importante entre las instituciones de enseñanza superior en el país, parece encaminado a su solución. Desde el ángulo legal, la suspensión que originalmente favoreció al rector Carlos Briseño fue revocada por un tribunal de segunda instancia, que dejó sin sustento la pretensión del funcionario depuesto de mantenerse en el cargo. Políticamente es aún más frágil su posición.

El viernes pasado se quedó casi solo en un mitin en la Plaza de la Liberación. Lo acompañaron centenares de estudiantes, pero ninguno de los funcionarios que se solidarizaron con él tras su deposicion el 29 de agosto, Abandonado por los integrantes de su equipo, se acentuó la fuerza de los factores de decisión a los que quiso enfrentarse en sus maniobras de presunta dignidad: los dos sindicatos, la federación estudiantil, el consejo de rectores, el consejo general universitario. Si contaba con él, perdió el apoyo del Gobierno estatal, y fue descalificado por la Legislatura local y por la totalidad de los diputados federales jaliscienses, incluidos los del PRI, partido al que pertenece y cuya candidatura al Gobierno del Estado buscaba desde ahora, aunque la elección respectiva ocurrirá en 2012.

Mientras el litigio por la rectoría (que es sólo un aspecto de la disputa interna en esa Universidad) se zanja ante los tribunales y se normaliza la actividad sustantiva de esa casa de estudios, es oportuno reflexionar sobre sucesos e instituciones que hicieron, hacen aún, de la situación de la universidad jalisciense un asunto que va más allá de sus linderos formales. Es que iniciativas de la UdeG la trascienden aunque sean extensión de sus tareas y las organicen instancias de la propia universidad. Me refiero al Festival Internacional de Cine, la Feria del Libro, de alcance igualmente internacional, la cátedra latinoamericana Julio Cortázar, el Premio FIL de Literatura, que llevó el nombre de Juan Rulfo, el Centro Cultural Universitario, etc.

La frustrada rebelión de Briseño contra el grupo que lo convirtió en rector había tenido a esas iniciativas como un blanco principal, porque el ex rector Raúl Padilla, cabeza de ese grupo, las ha suscitado o impulsado en buena medida. Por eso el rector ahora depuesto, lo cesó de los cargos en que se ha expresado formalmente ese papel central de Padilla, con la justificación de que su antiguo líder político al que de pronto percibió como cacique de cuyo control había que desembarazarse los utilizaba sólo en su provecho personal y con agravio y perjuicio de la Universidad.

Cualesquiera que sean los móviles que animen o se atribuyan a Padilla, lo cierto es que las iniciativas mencionadas son valiosas para la Universidad tapatía y para la cultura jalisciense y nacional. De allí que, con Padilla o no al frente de ellas, es muy importante asegurar su permanencia y el logro de sus fines. Padilla promovió algunas de ellas aún antes de ser rector (lo fue de 1989 a 1995) y aunque ostentan su sello personal, adquirieron vida propia y la mantendrán en cualquier circunstancia, salvo la artera agresión que contra su existencia y desarrollo había comenzado Briceño.

Nacido en 1986 como Muestra del Cine Mexicano, el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, ha crecido hasta contar entre los primeros de su clase. Se propuso abrir espacios a la producción fílmica nacional, si bien desde sus comienzos mostró una vocación latinoamericana e internacional que le aseguró su proyección fuera de nuestro País. Como hace 22 años, sigue siendo un lugar de encuentro entre los creadores y el público; sus reconocimientos como el Premio Mayahuel, son cada vez más codiciados; y está en vías de consolidarse su derivación, el Mercado de Cine. El afán por propiciar una cultura cinematográfica en Guadalajara incluyó la creación de un espacio generoso para que realizara sus tareas postreras Emilio García Riera, el más eminente historiador y crítico del cine mexicano, que pasó a ser patrimonio de la Universidad.

En 1987 se inició la Feria del Libro, que dos décadas después sobresale entre las exhibiciones editoriales de todo el mundo. Lo hace por sus dimensiones físicas y el intercambio comercial y espiritual de que es asiento, pero especialmente porque ha generado mecanismos de auspicio y reconocimiento a las letras y a las actividades conexas del mundo editorial. En 1991 se estableció el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe, llamado Juan Rulfo, hasta 2006 en que la familia del escritor se opuso a dicha denominación. Han sido galardonados cerca de 20 grandes poetas y prosistas. En 1993 fue creada una presea paralela, llamada Sor Juana Inés de la Cruz que premia novelas escritas por mujeres en lengua española. La feria entrega, asimismo, premios al Mérito Editorial, al ejercicio del periodismo cultural y el ArpaFil destinado a jóvenes arquitectos. También rinde homenaje, cada año, a quienes se distinguen como bibliotecarios y bibliófilos.

En 1995 fue creada la cátedra latinoamericana Julio Cortázar, con el patrocinio de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, que convoca regularmente la presencia de creadores y difusores de las artes y las ciencias. Está en curso, en fin, el Centro Cultural Universitario, cuyo fideicomiso está formado por la propia Universidad, el Gobierno federal, el estatal y el municipal de Zapopan, en señal de ecumenismo constructivo impulsado por la UdeG.
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