domingo, 3 de mayo de 2009

Tristeza

Ángeles González Gamio

Desde los aciagos días posteriores a los terremotos de 1985 no habíamos vuelto a ver tan triste a nuestra amada ciudad de México. Se siente un ambiente de desolación: las calles semivacías, los cafés, restaurantes, fondas y demás sitios de encuentro, cerrados, con improvisados letreros en las puertas que anuncian la medida, gente sin rostro, embozada con tapabocas y la mirada triste o angustiada.
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