jueves, 23 de julio de 2009

Pobreza, otra guerra perdida

JOSé GIL OLMOS

MÉXICO, D.F., 22 de julio (apro).- Desde que andaba en campaña, Felipe Calderón abanderó el tema del empleo y el combate a la inseguridad como sus dos metas principales, y, al llegar a Los Pinos, trató de legitimarse declarándole la guerra al crimen organizado, olvidando su primera prioridad.

No ha pasado ni la mitad de su sexenio, y ha incumplido en ambas tareas, pues no sólo ha perdido la guerra contra las bandas criminales, sino también contra la pobreza y el desempleo, que se han incrementado de manera preocupante en un país permanentemente en crisis.
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