martes, 15 de septiembre de 2009

La tele, la Patria y la fe

Imágenes perturbadoras hubo ayer en la ciudad. En la entrada del Bosque de Chapultepec, Felipe Calderón dio el banderazo al “Desfile de los Niños por el Bicentenario” y los carros alegóricos con la cantante Tatiana a la cabeza marcharon sobre Paseo de la Reforma, seguidos decenas de Zapatas, Villas, y adelitas, y amenizados por la Nacional Banda de Guerra. El Presidente pasó lista a los héroes, mientras que las nuevas generaciones militares coreaban: “Murió por la Patria!”

A unos kilómetros de ahí, en la Catedral Metropolitana, el Cardenal Norberto Rivera y sus feligreses rezaron por el presidente, Felipe Calderón, y todos los encargados del gobierno federal, “para que el Espíritu Santo los ilumine”. Oraron también para que las Fuerzas Armadas, y sobre todo, para que defiendan la fe en la cual fueron bautizados “con la misma lealtad” con que están defendiendo la nación. Y no faltó la plegaria por “los héroes que le dieron Patria y libertad al pueblo de México”.

Habría que recordarle al Presidente Calderón y al Cardenal Rivera cómo les fue a esos héroes con el Ejército y con la Iglesia. Sólo hay que ver el decreto de excomunión lanzado por el obispo de Michoacán Manuel Abad y Queipo, en contra de quien hoy llamamos “Padre de la Patria”:
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