De nada sirvieron las dos cartas publicadas aquí. Los legisladores no acusaron recibo. Ninguno de ellos, ni siquiera los de la izquierda, se dio por aludido. Tampoco se pronunciaron —ni en defensa propia— y aunque son ellos los que más gastan, los funcionarios de las dependencias del gobierno federal, de la Ciudad de México y de los estados de la República.
El bombardeo propagandístico del Estado continúa y, al parecer a nadie, dentro del aparato burocrático, piensa que es malsano y excesivo, más todavía en crisis como la que nos golpea, malgastar el dinero a raudales, pregonando las supuestas virtudes de funcionarios e instituciones.
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El bombardeo propagandístico del Estado continúa y, al parecer a nadie, dentro del aparato burocrático, piensa que es malsano y excesivo, más todavía en crisis como la que nos golpea, malgastar el dinero a raudales, pregonando las supuestas virtudes de funcionarios e instituciones.