Álvaro Delgado
MÉXICO, D.F., 13 de septiembre (apro).- Nadie ama a su patria por ser grande sino porque es suya, decía Séneca, y por eso, al cumplirse 200 años del inicio de la gesta de Independencia, es válido exclamar que viva México, pero también se impone gritar, con indignación, la proclama de Miguel Hidalgo: “¡Muera el mal gobierno!”
Sí, muera el mal gobierno, porque los sustitutos del priato han dado a los mexicanos en una década más de lo mismo.
Porque, de ser echado el PAN de Los Pinos en 2012, seguirá administrándose la misma dosis.
Porque, como partido de derecha, no tiene proyecto de nación, sino de facción.
Muera el mal gobierno, porque Felipe Calderón comete la insolencia de sentirse la patria.
Porque incumplió su compromiso de moderar la opulencia y la indigencia.
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Sí, muera el mal gobierno, porque los sustitutos del priato han dado a los mexicanos en una década más de lo mismo.
Porque, de ser echado el PAN de Los Pinos en 2012, seguirá administrándose la misma dosis.
Porque, como partido de derecha, no tiene proyecto de nación, sino de facción.
Muera el mal gobierno, porque Felipe Calderón comete la insolencia de sentirse la patria.
Porque incumplió su compromiso de moderar la opulencia y la indigencia.