De 2007 a la fecha, Petróleos Mexicanos habría manejado más de 800 mil millones de pesos a través de su filial PMI Norteamérica, monto que es seis veces el costo de la Refinería Bicentenario. Al ser una de las 25 empresas “privadas no paraestatales” de Pemex, esa PMI mantiene el capital público como particular en cuentas bancarias extranjeras. Según la gestión de Suárez Coppel, la privatización del erario es legal
La administración de Juan José Suárez Coppel en Petróleos Mexicanos (Pemex) considera legal la privatización del dinero público. En esa lógica, miles de millones de pesos son tratados como capital privado y resguardados en cuentas bancarias particulares, radicadas en México y en el extranjero. Ello, a pesar de que su origen es la venta del petróleo.
Se trata de los recursos que Pemex transfiere, maneja y obtiene por intermediación de sus 25 empresas “privadas no paraestatales”, principalmente de las 10 conocidas como Grupo PMI. Estas últimas, dedicadas a comercializar –por encomienda y a nombre de la paraestatal– el crudo y sus derivados en los mercados internacionales.
No obstante que se trata de la venta de bienes de la nación, la petrolera mexicana considera que, al ser “sociedades privadas”, los recursos que manejan sus 25 filiales “también son de naturaleza privada”. “Por lo tanto, quedan excluidos del ámbito de competencia de la Cámara de Diputados”.
Lo anterior lo afirmaron altos funcionarios de la paraestatal durante una reunión sostenida con representantes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a fines de 2009. En ese encuentro se discutieron los resultados y observaciones preliminares a la revisión de la Cuenta Pública 2008.
De la reseña hecha por la ASF se desprende que los servidores públicos de Pemex citaron dos jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el fin de “demostrar” la legalidad de la privatización del erario. También, con el objeto de evitar la fiscalización ordenada por los legisladores a los multimillonarios recursos públicos que se manejan como privados en esa empresa del Estado.
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La administración de Juan José Suárez Coppel en Petróleos Mexicanos (Pemex) considera legal la privatización del dinero público. En esa lógica, miles de millones de pesos son tratados como capital privado y resguardados en cuentas bancarias particulares, radicadas en México y en el extranjero. Ello, a pesar de que su origen es la venta del petróleo.
Se trata de los recursos que Pemex transfiere, maneja y obtiene por intermediación de sus 25 empresas “privadas no paraestatales”, principalmente de las 10 conocidas como Grupo PMI. Estas últimas, dedicadas a comercializar –por encomienda y a nombre de la paraestatal– el crudo y sus derivados en los mercados internacionales.
No obstante que se trata de la venta de bienes de la nación, la petrolera mexicana considera que, al ser “sociedades privadas”, los recursos que manejan sus 25 filiales “también son de naturaleza privada”. “Por lo tanto, quedan excluidos del ámbito de competencia de la Cámara de Diputados”.
Lo anterior lo afirmaron altos funcionarios de la paraestatal durante una reunión sostenida con representantes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a fines de 2009. En ese encuentro se discutieron los resultados y observaciones preliminares a la revisión de la Cuenta Pública 2008.
De la reseña hecha por la ASF se desprende que los servidores públicos de Pemex citaron dos jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el fin de “demostrar” la legalidad de la privatización del erario. También, con el objeto de evitar la fiscalización ordenada por los legisladores a los multimillonarios recursos públicos que se manejan como privados en esa empresa del Estado.