Tomás Oropeza
Los festejos de la Revolución democrática burguesa que se inició hace un siglo, por muchas de las causas que hoy han convertido al país en un infierno bajo la dictadura policiaco militar encabezada por Felipe Calderón, fue conmemorada con fuegos artificiales, desfiles de soldaditos y discursos demagógicos por los mismos que sistemáticamente han buscado terminar con las conquistas sociales ganadas por las masas con años de lucha.
A los descendientes de los campesinos y trabajadores que fueron su fuerza motriz y espiritual se les impidió festejar a su manera plebeya ese movimiento social del que surgió México con un proyecto democrático burgués, con el que se intentó crear un país soberano y con justicia social, pero bajo el dominio de la burguesía y de un Estado que promovió la economía capitalista por encima de todo.
El viernes 19 a los trabajadores de la capital del país se les impidió llevar a cabo una marcha que pretendía arribar al zócalo para conmemorar la primera revolución antidictatorial y antioligárguicadel siglo XX.
Los electricistas del SME que hace 13 meses fueron despojados de su empleo por el decreto de desaparición de la empresa paraestatal CLyF, maestros y empleados fueron cercados e inmovilizados por el cuerpo de granaderos del gobierno capitalino.
En un mitin el líder electricista Martín Esparza, denunció la presencia de francotiradores en los edificios de la avenida Reforma, que “por ordenes gubernamentales les tenían preparada una emboscada represiva” y pidió a la multitud que se retirara ordenadamente para evitar una represión.
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A los descendientes de los campesinos y trabajadores que fueron su fuerza motriz y espiritual se les impidió festejar a su manera plebeya ese movimiento social del que surgió México con un proyecto democrático burgués, con el que se intentó crear un país soberano y con justicia social, pero bajo el dominio de la burguesía y de un Estado que promovió la economía capitalista por encima de todo.
El viernes 19 a los trabajadores de la capital del país se les impidió llevar a cabo una marcha que pretendía arribar al zócalo para conmemorar la primera revolución antidictatorial y antioligárguicadel siglo XX.
Los electricistas del SME que hace 13 meses fueron despojados de su empleo por el decreto de desaparición de la empresa paraestatal CLyF, maestros y empleados fueron cercados e inmovilizados por el cuerpo de granaderos del gobierno capitalino.
En un mitin el líder electricista Martín Esparza, denunció la presencia de francotiradores en los edificios de la avenida Reforma, que “por ordenes gubernamentales les tenían preparada una emboscada represiva” y pidió a la multitud que se retirara ordenadamente para evitar una represión.