Armando González | SME
En los últimos días, la dirección del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ha decidido orientar las fuerzas del movimiento a realizar actividades, movilizaciones y posicionamientos políticos encaminados a establecer vínculos y acercamientos con algunos políticos priistas, confiando en que dicha táctica pueda rescatar el empleo de los heroicos trabajadores y trabajadoras electricistas en resistencia. De tal manera, ha iniciado una nueva etapa en la histórica lucha de los esmeítas en contra del atraco cometido por el gobierno espurio de FECAL.
Agotadas las instancias legales a las que ha recurrido el SME, se ha comprobado que las instituciones que supuestamente existen para la impartición de justicia en el país, defienden los intereses de la clase que representan: la burguesía, y por lo tanto es imposible utilizar el aparato estatal para revertir el infame golpe a los electricistas. De tal manera, se ha optado por fortalecer la lucha en el terreno político, y una de las estrategias utilizadas ha sido la aproximación al PRI.
Desde el pasado 5 de septiembre del 2010, fecha en que el “señoritingo” Enrique Peña Nieto -candidato a la presidencia por parte de la burguesía y los potentados- rindió su V informe de gobierno, el secretario general de nuestro sindicato, el compañero Martín Esparza Flores ha decidido acercarse políticamente al PRI.
Al respecto de la “nueva” estrategia del SME es conveniente realizar algunas precisiones. En primer lugar, no debemos olvidar que fue el gobierno priista de Ernesto Zedillo, el cual en febrero de 1999 propuso al congreso de la unión la aprobación de la “reforma energética”, en dicha propuesta se presentaban reformas a los artículos 27 y 28 de la constitución con la finalidad de realizar una reestructuración en la industria eléctrica nacional que permitiera a la iniciativa privada participar en la generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, además de legalizar la participación de empresas trasnacionales en la explotación y procesamiento de hidrocarburos.
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Agotadas las instancias legales a las que ha recurrido el SME, se ha comprobado que las instituciones que supuestamente existen para la impartición de justicia en el país, defienden los intereses de la clase que representan: la burguesía, y por lo tanto es imposible utilizar el aparato estatal para revertir el infame golpe a los electricistas. De tal manera, se ha optado por fortalecer la lucha en el terreno político, y una de las estrategias utilizadas ha sido la aproximación al PRI.
Desde el pasado 5 de septiembre del 2010, fecha en que el “señoritingo” Enrique Peña Nieto -candidato a la presidencia por parte de la burguesía y los potentados- rindió su V informe de gobierno, el secretario general de nuestro sindicato, el compañero Martín Esparza Flores ha decidido acercarse políticamente al PRI.
Al respecto de la “nueva” estrategia del SME es conveniente realizar algunas precisiones. En primer lugar, no debemos olvidar que fue el gobierno priista de Ernesto Zedillo, el cual en febrero de 1999 propuso al congreso de la unión la aprobación de la “reforma energética”, en dicha propuesta se presentaban reformas a los artículos 27 y 28 de la constitución con la finalidad de realizar una reestructuración en la industria eléctrica nacional que permitiera a la iniciativa privada participar en la generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, además de legalizar la participación de empresas trasnacionales en la explotación y procesamiento de hidrocarburos.