Pedro Echeverría V.
1. En México –dicen los gobiernos, los medios de información y demás seguidores- la educación es igual para todos porque cada niño o joven siempre tiene las mismas oportunidades para asistir a la escuela y para estudiar si quiere. El que no estudia es porque no quiere, porque es indolente o de plano no tiene capacidad la hacerlo. Lo que sucede es que hay por lo menos tres tipos de escuelas: las escuelas particulares para hijos de grandes empresarios y políticos; las escuelas públicas de las ciudades para sectores medios, y las escuelas del campo para los hijos de los campesinos y clase media baja. De pronto a todos ellos los vemos compitiendo “de igual a igual” para ganar una plaza en alguna preparatoria, una beca en el extranjero o una plaza de trabajo; y como se aplica un examen para todos, “casualmente” siempre ganan los de clases ricas y clases medias altas, los de papitos con hogares bien comidos, escuelas bien atendidas y relaciones efectivas. 2. Todo en el sistema capitalista –obviamente- beneficia a la clase social que tiene poder económico o político: en la vivienda, el transporte, la alimentación, la salud, la educación, no tiene ni comparación. Y no es un asunto de suerte, de inteligencia o viveza, de ninguna manera; los privilegios son sólo producto del sistema capitalista y el lugar social que ocupa cada ser humano. ¿Sabías que en México durante más de 50 años de cada 100 niños que ingresó a la primaria sólo la terminó el 50%, y que en la secundaria de esos 50 sólo egresó el 20% y de éstos solo terminaron 10 % la Prepa y cuatro o cinco por ciento la licenciatura? Si investigas a los niños que no terminan la primaria y la secundaria, te encontrarás que son millones de pobres y miserables y si investigas quienes terminan la Prepa y la licenciatura te encontrarás a clases medias y clases altas. Gobierno y empresarios buscan silenciar que el fracaso educativo es determinantemente económico.
