La visita de Andrés Manuel López Obrador a Monterrey, vino a demostrar que son infundadas las prevenciones de la iniciativa privada en contra del político tabasqueño. Se dio de manera espontánea un diálogo que abrió amplias posibilidades de trabajo conjunto, que será muy provechoso en los años venideros. Ahora, luego del rotundo fracaso del régimen panista, cuando se puso en evidencia su incapacidad para gobernar, así como los tremendos vicios que lo han caracterizado desde el año 2000, un importante sector de la clase empresarial regiomontana le dio su apoyo al dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), pues “no podemos permitir más de lo mismo”, como afirmó Alfonso Romo Garza. En efecto, no favorecer cambios de fondo en el sistema político y en el modelo económico vigente, equivaldría a ponerle la puntilla a una sociedad moribunda y terriblemente afectada por el rompimiento del tejido social. Esto por fin lo comprenden los empresarios agrupados en el movimiento “Despierta México”. Y saben muy bien que el único que puede hacerlo, por su capacidad de liderazgo y claridad en el rumbo que conviene seguir, es López Obrador. Saben estos que seguir por el camino trazado por Carlos Salinas de Gortari, de conformidad con las instrucciones del sector ultraconservador de Estados Unidos, nos llevará a la ruina a todos, con excepción por supuesto de las menos de cincuenta familias oligárquicas beneficiadas por la estrategia excluyente y entreguista de las riquezas nacionales.
