- Sus reivindicaciones recogen reclamos de todos los sectores, señalan
Periódico La Jornada
Jueves 24 de mayo de 2012, p. 20
Jueves 24 de mayo de 2012, p. 20
A diferencia de las sublevaciones ciudadanas en
Medio Oriente o África, que surgieron por conducto de las plataformas
tecnológicas de Internet, el reflorecimiento de un movimiento juvenil en
México se acompaña de
la construcción de toda una red social que desde 2005 se fue consolidando en todo el país, señalaron sociólogos y especialistas en el sistema político y electoral. Alertaron sobre el riesgo de caer en paralelismos, pues se trata de
realidades sociales muy distintas.
Académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señalaron que desde 2000, los jóvenes
no habían vuelto a ser un factor relevante no sólo en un proceso electoral, sino en la posibilidad de avanzar en un cambio de la clase política.
María Eugenia Valdés, experta en procesos electorales y medios de comunicación, explicó que la
insurgencia juvenil no tiene una agenda gremial, sus reivindicaciones atienden reclamos de todos los sectores sociales. Son herederos directos del movimiento de 1968, con claras diferencias. Están ante un país diferente con otras realidades que demandan soluciones distintas.
Con las protestas iniciadas el 11 de mayo, a partir de la presencia de Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana,
Ver masse tiene claro que el enemigo no es un candidato o un partido político, sino un sistema democratico débil, un monopolio televisivo insostenible, pero sobre todo que hay la posibilidad de reinstaurar, con la legitimidad de los votos, un régimen más represivo y con menos libertades.
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