Está programado para
las 20 horas de hoy el único debate real entre candidatos presidenciales
en la presente campaña electoral, habida cuenta de que los encuentros
realizados el 6 de mayo y el 10 de junio fueron meras exposiciones,
acartonadas, acotadísimas y previsibles, de las posturas de los
aspirantes. En contraste, en la reunión concebida y organizada por el
movimiento estudiantil y juvenil #YoSoy132, y hospedada por la Comisión
de los Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), los protagonistas
deberán responder a preguntas no pactadas de antemano (aunque ponderadas
y validadas por académicos de varias instituciones) sobre ciencia y
tecnología, educación, arte y cultura; debatir entre ellos temas como la
necesaria democratización de los medios y el combate a los monopolios, y
contestar a las inquietudes del público, filtradas por un sistema de
votación en línea. Es significativo del atraso institucional que padece
el país que el movimiento estudiantil haya sido capaz de formular y
organizar, en pocos días pero de manera eficiente, un cotejo de
propuestas y de personalidades que resultó ausente en los encuentros
pactados por el Instituto Federal Electoral (IFE) y los partidos con
registro.
Por la trascendencia de la decisión que los votantes habrán de tomar dentro de 12 días, la creatividad y la capacidad de organización y de convocatoria de los jóvenes debiera merecer un decidido respaldo de los consorcios mediáticos y, sobre todo, de los instrumentos de difusión del Estado. Pero los medios electrónicos privados, al negarse a dar cobertura al encuentro –con la excepción, hasta el cierre de esta edición, de Milenio Tv– han refrendado su conocido desdén por la información cívica y la cultura democrática, pese a que son beneficiarios de concesiones de radiofrecuencias que pertenecen a la nación; han dado, asimismo, una nueva muestra del extremado pragmatismo monetario que los caracteriza al optar por la difusión de programas comerciales en detrimento de una información crucial para la vida republicana de México.
La ausencia en el encuentro de los medios públicos –los
canales 11 y 22, el Instituto Mexicano de la Radio, IMER y, hasta donde
se sabe, del Canal del Congreso– es aún menos justificable, pues son, o
debieran ser, entidades consagradas a la difusión de temas de interés y
relevancia públicos, y el debate organizado por #YoSoy132 corresponde,
evidentemente, a esta categoría. Particularmente lamentable resulta el
pretexto esgrimido por el canal del Instituto Politécnico Nacional (IPN)
de que no transmitirá el encuentro porque Peña Nieto no asistirá a él.
Al argumentar de esa manera, la televisora del Poli se presenta como guardaespaldas mediática de uno de los contendientes.
Aunque este boicot de hecho contra el llamado Debate #YoSoy132
resulte exasperante e indicativo del desdén de los medios privados por
la información de interés público, así como de la omisión de órganos de
difusión del Estado ante sus responsabilidades básicas, es posible que
tales actitudes resulten contraproducentes para los medios en cuestión.
Si la creatividad y el ánimo cívico logran una difusión masiva del
debate por medios alternativos, se confirmará, como pudo apreciarse el
pasado 6 de mayo, que la cobertura de la televisión abierta y de paga
empieza a volverse prescindible para una sociedad ávida de información y
difusión responsable y veraz. Es posible que en la confluencia de
movimientos sociales emergentes y de las redes sociales empiece a
gestarse la obsolescencia de las concesiones como mecanismos ilegítimos
de acumulación de poder político.
Ver mas Síguenos en twitter @radioamlo