martes, 5 de junio de 2012

Demonios sueltos: PRI y PAN están desesperados


Ya sin el menor rubor, sin un asomo siquiera de decencia, Vicente Fox le vino a asestar otro golpe a la democracia, a la intentona de alguna vez contar con elecciones confiables. Su llamado a los panistas para votar por quien se dice puntero en la contienda, es decir por el priísta Enrique Peña Nieto, no es otra que la versión dos de lo que él mismo, desde la casona de Los Pinos y utilizando el poder presidencial y el dinero de las arcas públicas, realizó con el fin de llevar a Felipe Calderón primero a darle alcance a López Obrador y, después, con mejores cifras, llevar a cabo el gran fraude electoral del 2006. Su intervención en el proceso y lo dañina de ésta fue reconocido a destiempo por quienes fungieron o mejor dicho fingieron ser autoridades en ese momento y ahora, ya sin lo que muy poco le importó, la crítica o el señalamiento directo, vuelve a las andadas, se ubica en el centro de una contienda de la que ha recibido fuertes beneficios económicos facturados a través del Centro Fox.
Ahora sí hay forma de asegurar que “los demonios andan sueltos”. Y es que tal parece que el comportamiento de los políticos busca aparecerse a la de los que conocen del manejo de las energías y algunos los llaman “brujos”. Estos, en su ignorancia, en la mayoría de los casos no están conscientes de las energías que ponen en movimiento y menos aún saben cuáles serán los resultados, los efectos, las consecuencias. Vemos en el presente como unos y otros, en la desesperación, cambian y mueven estrategias y convocan a marchas, a mítines en los que quienes participan se saben parte de una comparsa y con sus declaraciones para justificarse a sí mismos provocan el enojo y la reacción de los contrarios. Son momentos en los que estas recetas no hacen cambiar las opiniones y están llevando a terrenos peligrosos las reacciones.
Habrá que estar muy atentos al debate y a los movimientos que faltan por gestarse ya que señalamientos y acusaciones han sido bastantes, sin que se vea en ellos la reacción de llevar a cabo investigaciones que rebelen que si se han cometido actos ilícitos, si se ha abusado del poder, si se han cometido arbitrariedades, se contemplen castigos. La riqueza de los ex gobernadores priístas ha estado desde el momento en el que arribaron al poder a la vista de todos. No la han visto ni los han perseguido los que se convirtieron en sus cómplices, pero para los ciudadanos todos han estado, desde siempre, muy claro. Es más, ellos mismos han presumido de sus voluminosos patrimonios entre su propia gente, entre los que han sido defraudados una y otra vez. En una campaña electoral, cuando salen a relucir de nuevo todos los cochupos y los montos de las fortunas, a los delitos los llaman golpes y guerra sucia electoral, pero ni antes, ni ahora y tal vez ni después se ve que les pongan ni remedio ni castigo.
Mal se ve Peña Nieto agradeciendo a Vicente Fox, a la ignorancia convertida en hombre, al primer mandilón de México, al portento del Prozac, un apoyo que lo que debería de provocarle es vergüenza ante el desatino de su mandato al cual él mismo ha calificado dentro de la incompetencia en todos los órdenes, subrayando el de la inseguridad. Ni que decir de la reciente adhesión de otro “honorable” blanquiazul, de Manuel Espino, a quien no le basta ser yunquista, foxista de hueso colorado –el dio el primer paso para que luego su patrón entrara de lleno ya en un terreno abonado-, borrachito y ahora hasta ejemplo en el Distrito Federal de que no hay contemplaciones cuando se conduce en estado de ebriedad. Su estancia en el célebre “torito”, lugar aborrecido por las sexoservidoras debido a su permanente hospitalidad, ya lo marcó y se llevó entre las patitas al mexiquense. Todo por no saber, como decía mi abuela, “decir: no”.
Ya veremos que es lo que van a hacer cuando vean llegar las acciones y las reacciones porque los del IFE, por ejemplo, no hicieron ninguna declaración de invalidez sobre las cuentas de gastos de campaña que supuestamente ya tenía aprobadas el PRI y en cambio si se aprestaron a señalar que las del candidato de las izquierdas hechas públicas no existían en sus archivos y, por lo tanto, no estaban validadas. La pregunta flotó en el aire ¿y las otra sí? La respuesta en un sentido o en otro tendría que haber sido pública y simplemente no lo fue, ¿por qué? Así que si piensan en que están ayudando al puntero, parece que han escogido el camino más equivocado y que mientras se rasgan las vestiduras y la garganta hablando de tranquilidad, de paz, de unidad, es exactamente lo contrario lo que con sus actuaciones están provocando.
Así, en tanto que las cuentas del Estado de México siguen en la opacidad y don Arturo Montiel totalmente liberado de culpas, los priístas demandan que el de las izquierdas transparente los gastos que debe haber realizado en sus giras del 2006 al 2012, y sacan sus propias cuentas y multiplicaciones y sumas y exigen que la asociación civil Honestidad Valiente transparente sus cuentas bancarias, cuando en este caso los ingresos provienen de donativos y en el del mexiquense son nuestros impuestos. ¿Gran diferencia, no? Es con este tipo de acciones con las que puede verse la desesperación, la histeria, el miedo que ha empezado a despertar el no haber contemplado desde ningún ángulo una contienda cerrada o tal vez una derrota.
Enfrascados como están en esta pelea que consideran “a morir”, ya hasta involucraron a don Napo, a Gómez Urrutia, al todavía líder de los mineros en el asunto del financiamiento de campañas de AMLO y hablan hasta de un “posible pacto” entre el tabasqueño y el heredero del SNTMMSSRM en el que se incluyeron nada más y nada menos que 55 millones de dólares. O sea que la consigna es “difama que algo queda” y, lo que está quedando es un malestar y una provocación que habrá que medir si tendrá límites.  Porque, por otra parte, el diputado petista Jaime Cárdenas señala que pedirá al IFE que investigue en que se aplican 230 millones de pesos que los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados han repartido, de los cuales 100 millones de pesos son para actividades legislativas y se entregan cuando éstas se encuentran a punto de concluir.
De todo lo anterior puede desprenderse que, para que tengamos cuentas claras, todavía habrá que esperar y mucho tiempo en tanto que para ver las reacciones solo quedan unas cuantas semanas.

Lilia Arellano

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