miércoles, 31 de octubre de 2012

La venganza del PRI

Escenarios ominosos hemos visto en el proceso pos electoral; desde la tortura a dos jóvenes neoleonenses que ejercían su derecho a manifestarse en su universidad, hasta la siembra de pruebas para justificar una brutal golpiza y encarcelamiento indebido a estudiantes de las normales en Michoacán. Pasando por la quema, la madrugada del 18 de octubre, del cubículo del Instituto Politécnico Nacional que desde 1968, pertenece al movimiento estudiantil y que hoy aloja a uno de los colectivos más aguerridos y consecuentes.

O las amenazas y asedio que sufren activistas identificados como parte del movimiento Yo Soy 132 en distintas escuelas de la UNAM, que son presa de un fuego a tres frentes: por un lado un ala radical que les acusa de reformistas y los expulsa de los actos como  del 2 de octubre, por otro lado los grupos porriles que les amedrentan y por otro las autoridades que recomiendan mejor mantenerse tranquilos al menos hasta que pase el 1 de diciembre y el infame que dará continuidad al espuriato en México, tome protesta.

Entre la represión, amenazas y tortura que sufren las/os estudiantes que no se doblan, vemos también dos casos lamentables: la cooptación de algunas figuras visibles que al aceptar migajas entregadas por quienes han sido señalados voceros del poder, estos personajes lo único que logran es desacreditar al movimiento, ¿cuántas veces ahora las/os estudiantes en un saloneo informativo, deberán hablar más de las causas de la lamentable decisión de Attolini que de las causas y origen del movimiento?

Y por otro lado aquellos que por supuestas amenazas se habían escondido mientras otras personas cercanas aseguraban que eran víctimas de la feroz acción del gobierno. Como si las desapariciones forzadas fuera una estrategia publicitaria, banalizan un problema real y grave que sucede en el país.

En estos momentos de resistencia e incertidumbre, las personas más jóvenes del movimiento son las más vulnerables porque además fueron quienes en realidad pusieron a temblar en la campaña al priísmo. Debemos estar conscientes de que no estamos frente a un títere descerebrado impuesto en la presidencia de la República, sino contra el aparato más antiguo del México actual, anquilosado en el poder y aferrado a mantenerse en el.

La crisis del excluyente sistema neoliberal, mezclado con la nula credibilidad de parte de un amplísimo sector de la sociedad hacia quienes se encuentran en el poder, la convicción represora y retrógrada de éstos, y el clima de impunidad que encierra la política militarista actual, significan un grave riesgo para el movimiento social primero, y para toda la población después.

Estamos en alerta, y en estas circunstancias lo peor que puede hacerse es desmovilizarnos u ocultarnos; y para quienes la dignidad es nuestro motor, claudicar no es opción.

Eder Guevara

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