Es tan fácil arrojar una mentira, tanto en la prensa amarilla, como en la redes sociales, como echar a rodar una pequeña bola de nieve en una pendiente hacia abajo y dejar que solita se acrecente.
En últimos tiempos, en las redes pululan supuestas notas de supuestas webs que, más que informativas, en sus propios titulares muestran un dejo de revista de espectáculo y/o de programa de eso que muchos rechazamos: la televisión.
La cuestión es que este tipo de publicaciones tienen eco tremendo. Es entendible: apegarse a la razón y a la verdad no siempre es tan sencillo y ambos, principios que acompañan a la congruencia, se deben honrar.
Podemos pensar que tal o cual calumnia, mentira, o falacia, se puede dejar pasar bajo el pensamiento/premisa de que estas eventualmente caen por su propio peso, pero quienes nos decimos activistas y luchadores sociales, hemos vivido en carne propia lo que es caminar a la sombra de ello. ¿El ejemplo más ilustrativo?: desde el fortísimo golpeteo mediático-político que se dio en 2006 con el proceso electoral como escenario principal, quienes no caímos en dicho juego y a pesar de ello nos apegamos a caminar con el objetivo de dicho golpeteo, no solo fuimos blanco de ser calificados con bastantes epítetos (renegados, nacos, perdedores, violentos, improductivos, etc…), sino que además también se pasó de la agresión verbal a la agresión física (ejemplo: lo acontecido cuando se invitó, a través de un blog, a llevar comida envenenada al plantón del Zócalo y Reforma). Ahí radica justamente la importancia de poner un límite a las mentiras y a las calumnias, porque estas crecen y, ante una sociedad a la que aún le falta mucho por recorrer para alcanzar una madurez socio-político-cultural, los principios Goebbelianos son muy fáciles de convertirse en verdad. No olvidemos tampoco que el odio es la delgada línea a otro tipo de agresiones.
Establecido lo anterior y a petición de la compañera Paty A Rdz Parm, se demuestra cómo una mayoría de detractores de AMLO/Morena, desafortunadamente, no hacen otra cosa que utilizar los mismos consabidos infundios calumniosos, maniqueos, manipuladores y fascistas, creados por el español Antonio Solá para la campaña negra de 2006. Ya ubicados por varios de nosotros como un grupúsculo de ex-morenos, la mayoría no pasando del activismo de internet, se afianzan de y en las situaciones de conflicto al interior del partido (situaciones que, obviamente no conocen en sus detalles íntimos) y los utilizan de pretexto para afirmar, con sus mismos maniqueos, que Morena “ya se rompió”, “ya se acabó”. Ilustres pregonadores del ‘verdadero conocimiento’ (obvio: el de ellos), pretenden voltear para el otro lado ante un hecho: hablando de movimientos político-sociales y procesos de cambio intrincados en una sociedad, nunca se puede afirmar si es suficiente, o insuficiente, el trabajo de ellos, pues no hay términos absolutos para medirlos y menos a poco tiempo de su gestación, como es el caso de Morena. Es como quienes pretenden, en Evolución, que exista y se muestre un eslabón perdido con color y especificaciones en concreto. Es justo en ese desconocimiento, mismo que se refleja en sus afirmaciones, que muestran su verdadera ignorancia y su propia deconstrucción.
No conforme con lo anteriormente mencionado, hacen un recuento de eso llamado ‘memoria histórica’ a modo para utilizarla a su propia conveniencia, omitiendo y modificando de manera casi total los hechos y así seguirse regodeando en su encono y resentimiento. Lo que parecen omitir (quiero pensar que ello es fruto de su tremendo resentimiento, pues la ira ciega el raciocinio y el sentido crítico, toda vez que el analítico-reflexivo), es que otros también contamos con esa Memoria Histórica, pues aunque hoy en día ya no les guste, o ya no les resulte conveniente, muchos de nosotros también fuimos testigos de los hechos que hoy estos ex–compañeros tergiversan de manera tan burda y cuasi-cómica, que más bien pareciera que, así como Osorio Chong y compañía, ya les da por jugar a la ‘memoria histriónica’. Que quede esta imagen como ejemplo del maniqueo que se hace hoy en día sobre Morena y AMLO. Siempre haré hincapié en ello: puedes no estar de acuerdo, puedes no querer participar. Eres libre de tomar esa decisión si es tu convicción; pero es muy distinto que, para sostener una postura como la de un niño que hace un berrinche, te valgas de torcer la información y los hechos para pretender tener la razón, no porque te acompañe, sino que es casi 'a huevo'.
Siendo que caminé muy cercanamente con los compañeros del SME en esa etapa de lucha (y no fui la única), en estos hechos que hoy se muestran cual calumnia (quedan también los nombres como muestra de quienes hoy se prestan a ese juego, quedando en entredicho aquella honestidad y congruencia 'ciudadana' que presumen), afirmo y puedo demostrar que:
En últimos tiempos, en las redes pululan supuestas notas de supuestas webs que, más que informativas, en sus propios titulares muestran un dejo de revista de espectáculo y/o de programa de eso que muchos rechazamos: la televisión.
La cuestión es que este tipo de publicaciones tienen eco tremendo. Es entendible: apegarse a la razón y a la verdad no siempre es tan sencillo y ambos, principios que acompañan a la congruencia, se deben honrar.
Podemos pensar que tal o cual calumnia, mentira, o falacia, se puede dejar pasar bajo el pensamiento/premisa de que estas eventualmente caen por su propio peso, pero quienes nos decimos activistas y luchadores sociales, hemos vivido en carne propia lo que es caminar a la sombra de ello. ¿El ejemplo más ilustrativo?: desde el fortísimo golpeteo mediático-político que se dio en 2006 con el proceso electoral como escenario principal, quienes no caímos en dicho juego y a pesar de ello nos apegamos a caminar con el objetivo de dicho golpeteo, no solo fuimos blanco de ser calificados con bastantes epítetos (renegados, nacos, perdedores, violentos, improductivos, etc…), sino que además también se pasó de la agresión verbal a la agresión física (ejemplo: lo acontecido cuando se invitó, a través de un blog, a llevar comida envenenada al plantón del Zócalo y Reforma). Ahí radica justamente la importancia de poner un límite a las mentiras y a las calumnias, porque estas crecen y, ante una sociedad a la que aún le falta mucho por recorrer para alcanzar una madurez socio-político-cultural, los principios Goebbelianos son muy fáciles de convertirse en verdad. No olvidemos tampoco que el odio es la delgada línea a otro tipo de agresiones.
Establecido lo anterior y a petición de la compañera Paty A Rdz Parm, se demuestra cómo una mayoría de detractores de AMLO/Morena, desafortunadamente, no hacen otra cosa que utilizar los mismos consabidos infundios calumniosos, maniqueos, manipuladores y fascistas, creados por el español Antonio Solá para la campaña negra de 2006. Ya ubicados por varios de nosotros como un grupúsculo de ex-morenos, la mayoría no pasando del activismo de internet, se afianzan de y en las situaciones de conflicto al interior del partido (situaciones que, obviamente no conocen en sus detalles íntimos) y los utilizan de pretexto para afirmar, con sus mismos maniqueos, que Morena “ya se rompió”, “ya se acabó”. Ilustres pregonadores del ‘verdadero conocimiento’ (obvio: el de ellos), pretenden voltear para el otro lado ante un hecho: hablando de movimientos político-sociales y procesos de cambio intrincados en una sociedad, nunca se puede afirmar si es suficiente, o insuficiente, el trabajo de ellos, pues no hay términos absolutos para medirlos y menos a poco tiempo de su gestación, como es el caso de Morena. Es como quienes pretenden, en Evolución, que exista y se muestre un eslabón perdido con color y especificaciones en concreto. Es justo en ese desconocimiento, mismo que se refleja en sus afirmaciones, que muestran su verdadera ignorancia y su propia deconstrucción.
No conforme con lo anteriormente mencionado, hacen un recuento de eso llamado ‘memoria histórica’ a modo para utilizarla a su propia conveniencia, omitiendo y modificando de manera casi total los hechos y así seguirse regodeando en su encono y resentimiento. Lo que parecen omitir (quiero pensar que ello es fruto de su tremendo resentimiento, pues la ira ciega el raciocinio y el sentido crítico, toda vez que el analítico-reflexivo), es que otros también contamos con esa Memoria Histórica, pues aunque hoy en día ya no les guste, o ya no les resulte conveniente, muchos de nosotros también fuimos testigos de los hechos que hoy estos ex–compañeros tergiversan de manera tan burda y cuasi-cómica, que más bien pareciera que, así como Osorio Chong y compañía, ya les da por jugar a la ‘memoria histriónica’. Que quede esta imagen como ejemplo del maniqueo que se hace hoy en día sobre Morena y AMLO. Siempre haré hincapié en ello: puedes no estar de acuerdo, puedes no querer participar. Eres libre de tomar esa decisión si es tu convicción; pero es muy distinto que, para sostener una postura como la de un niño que hace un berrinche, te valgas de torcer la información y los hechos para pretender tener la razón, no porque te acompañe, sino que es casi 'a huevo'.
Siendo que caminé muy cercanamente con los compañeros del SME en esa etapa de lucha (y no fui la única), en estos hechos que hoy se muestran cual calumnia (quedan también los nombres como muestra de quienes hoy se prestan a ese juego, quedando en entredicho aquella honestidad y congruencia 'ciudadana' que presumen), afirmo y puedo demostrar que:
- La manera cómo concluyó la huelga de hambre del SME no tuvo que ver con AMLO.
- Conocí también al Ing. Cayetano. Dada la manera como terminó y se levantó la huelga de hambre, el Ing. se distanció DE SU PROPIA LUCHA, derivado ello de situaciones INTERNAS, es decir: del mismo gremio y su dirigencia.
- La última vez que el Ing. Cayetano hizo acto de presencia con el SME en esa época, fue cuando se hizo una brigada de apoyo que acudió hasta Necaxa (8 de agosto de 2010). Desde el alegre calumniador que en la imagen se lee que afirma que “eso está documentado”, hasta su servidora, asistimos a esa brigada.
- AMLO solo estuvo en una sola ocasión con los huelguistas del SME. Eso fue el 19 de mayo de 2010 (yo tengo fotos de esa tarde). Para poder estar con los huelguistas, AMLO primero solicitó permiso a la dirigencia del sindicato, nunca se hubiera puesto por encima de ella. Se tardaron un buen rato para otorgarle dicho permiso.
- Con lo especificado en el punto anterior, ¿es creíble que, teniendo que pasar por los filtros de la dirigencia del sindicato solo para poder asistir una tarde a charlar con los huelguistas, AMLO hubiera podido boicotear dicha huelga?
- Se les puede solicitar a quienes tergiversan que demuestren que, como afirman, dicho boicot de manos de AMLO está documentado. Es casi un hecho que no lo harán. Como suele proceder el gobierno, llegarán a dar toda una serie de evasivas (elegantes, intelectualoides y/o infantiles) para no confrontar los verdaderos hechos con sus dichos.
*El colofón: Los comentarios, cuyo enlace original se encuentra aquí
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