sábado, 18 de octubre de 2008

Harán lo que sea


Ricardo Andrade Jardí


No hay duda, legisladores ligados al narcotráfico, a la pederastia, al abuso de poder, a las redes de contrabando y de turismo sexual, amorales, capaces de aprobar leyes sin leerlas, representantes usurpadores de las fuerzas políticas y empresarios chatarra, especuladores apátridas, aprobarán la reforma petrolera, que no energética, a la medida y del tamaño de las ambiciones mediocres y corruptas de esa minoría.
No hay engaño. Harán lo que sea, torcerán la ley y la demagogia eructará sin cesar en sus discursos. Lo que está detrás es el interés particular de cada uno. Suponen, y tal vez así sea, que la reacción social será mínima (con excepción del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo y otras resistencias, algunas perdidas en su propio ombligo, pero que algo intentarán y que serán rápidamente satanizadas por el Sr. López de la especuladora telecracia). Las clases medias más enajenadas que nunca y en defensa del confort aparente del pantano parecen incapaces de movilizarse. Los más carenciados, cada día más engrosados, tendrán que ver por el día a día, hasta que ese día a día sea el de la escasez diaria de cada minuto, próxima a convertirse en la pesadilla mundial, de la que por supuesto México será vanguardia también en la hambruna. Pero nuestra oligarquía y su lacaya clase política con su parásita ambición ya lo han programado. “Un pueblo muerto de hambre es una sociedad que lo permite todo”, es su lógica y esa es una de las razones del ataque al peso por 16 empresas (mexicanas) que pretenden hacer de la reserva económica de México su saqueo, su negocio particular, dejando a millones sin nada.
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