domingo, 21 de diciembre de 2008

El uso político de los militares

JORGE CARRASCO ARAIZAGA

MÉXICO, D.F., 19 de diciembre (apro).- La suerte de Genaro García Luna en la secretaría de Seguridad Pública (SSP) está en el aire.
Felipe Calderón parece estar dispuesto a sacrificar a su antiguo aliado con miras a capitalizar el tema del narcotráfico en las elecciones intermedias del 2009.
La designación del general Javier del Real Magallanes como subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial fue un golpe tan severo en contra de García Luna, que en cuanto se anunció la llegada del general de división, el 4 de diciembre pasado, muchos colaboradores del secretario comenzaron a preparar sus renuncias.
Otros fueron más optimistas, por la relación que guardan con el asesor presidencial en seguridad nacional, Jorge Tello Peón, llegado a Los Pinos apenas el 19 de octubre pasado.
Las expectativas de este grupo radican no sólo en el propio Tello, sino en el general de división, quien dejó la comandancia de la IV Región Militar, con sede en Monterrey, para llegar a la SSP por gestiones del asesor presidencial.
En cualquier caso, a partir de enero el divisionario será el verdadero hombre fuerte de la SSP, pues tendrá el control de la Policía Federal, que a su vez concentrará la mitad de los recursos económicos y el 75% de las plazas de la secretaría.
Entre los que prevén la salida de García Luna consideran que si bien les va y pasan los dos primeros meses del año sin cambios, difícilmente Calderón se animaría a designar un nuevo titular para la SSP en pleno proceso electoral.
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