viernes, 30 de enero de 2009

Astillero

Julio Hernández López

■ Nueva (y muy oportuna) ética
■ Mesías Tropical (de color)
■ Taquetero de Teotihuacán

Mientras cinco presidentes sudamericanos enjuiciaban severamente en Belem, Brasil, el modelo capitalista, la globalización y la responsabilidad de Estados Unidos en la crisis mundial, el enviado especial de la mexicana revista sexenal de frivolidades denominada Los Pinos se asumía en el decadente Davos como exitoso jinete de tormentas económicas y levantador de polvos mortales en casa porque, a su decir, la está limpiando de criminales y no porque haya derrumbes institucionales. Nostalgia roquera oportunista en Suiza al utilizar el título de una de las más conocidas canciones de The Doors para hablar de las tempestades mexicanas que con discursos y viajes pretende controlar un jockey fallido, mientras en tierra de Lula los aires insurrectos juveniles se volvían avejentado recuerdo interpretativo de la rola icónica del Comandante Che Guevara.
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