martes, 7 de julio de 2009

Otros frentes

Ricardo Andrade Jardí

Y el teatro sigue, el Presidente depuesto de Honduras cifra sus esperanzas en Dios y las balas ciegan la vida de jóvenes hondureño que respaldan a su presidente constitucional, porque se sienten respaldados por su constitucional presidente. Los tiempos diplomáticos no son los tiempos de la realidad concreta, obviamente. La represión es mayor y mayor será la desarticulación de un movimiento de resistencia que, por obvias razones, no estaba
preparado para un golpe militar ni para la imposición de un gobierno de facto que se sustenta en el interés económico y es ahí donde Dios ya no existe o se convierte en dinero verde. Dios no paró el golpe ni lo parará. Dios, si existe, está ocupado en otras cosas o come en las mesas de los gorilas. Y el interés económico que mueve a esta nueva dictadura, la primera, que no la última del Siglo XXI, los banqueros del imperio y de la vieja Europa, no dejarán de hacer negocios con quien tengan que hacerlo. El capitalismo no destaca por su rectitud ética. El gobierno espurio de México ofrecerá, más tarde que pronto, el petróleo que los golpista están esperando y tal vez incluso ya habían negociado con anterioridad al golpe. De ahí la tardía respuesta de fecal el 28 de junio y la pasiva postura de la afro-americana Casa Blanca lo que no permite mucho rango de error en relación con sus apuestas.
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