La situación económica de algunos los lleva a pedir informes sobre el dinero que les corresponde; consumidores, impedidos a realizar trámites, como reconexión
Marco Antonio Martínez
Ayer fue el Día Uno para el pago de indemnizaciones para los ex trabajadores de la extinta compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC).
Mientras en el terreno de los dimes y diretes entre el gobierno y el Sindicato Mexicano de Electricistas se libra una batalla para justificar lo necesario de acabar con LyFC y lo injusto que es dejar sin empleo a 60 mil personas, hay otras historias de perjudicados por esa decisión.
Es el caso de Omar Labra, quien ayer asistió a la sucursal Aragón de la extinta compañía, para acompañar a su papá a pedir informes sobre el pago de indemnizaciones. No es fácil hacerlo.
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Mientras en el terreno de los dimes y diretes entre el gobierno y el Sindicato Mexicano de Electricistas se libra una batalla para justificar lo necesario de acabar con LyFC y lo injusto que es dejar sin empleo a 60 mil personas, hay otras historias de perjudicados por esa decisión.
Es el caso de Omar Labra, quien ayer asistió a la sucursal Aragón de la extinta compañía, para acompañar a su papá a pedir informes sobre el pago de indemnizaciones. No es fácil hacerlo.