A Gerard Pierre Charles. Un hombre extraordinario y pensando en Los heraldos negros de César Vallejo
Aun recuerdo el momento en que, a bordo de una avioneta, cruzamos la frontera entre República Dominicana y Haití. De pronto desapareció el verde. De la exuberante vegetación tropical pasamos a un desértico paisaje lunar. Todo desde el aire era desolación. Ni un árbol siquiera se alzaba desde ese suelo gris erosionado. Recordé entonces Quemada, la película de Gillo Pontecorvo que cuenta cómo el colonialismo europeo aplicó en el Caribe y para sofocar una insurrección de esclavos la doctrina de Tierra Quemada. Ese Haití que sobrevolábamos parecía vivir aún esa guerra implacable. |