1. ¡Que mierda es este maldito mundo de explotadores! Unos cuantos lo tienen todo, absolutamente todo; la mitad de la población no tiene nada, casi absolutamente nada, sólo la vida que se debilita y se acaba por desnutrición y hambre. El asesinato de 72 migrantes de por lo menos cinco países, en el México sitiado por la policía y el ejército, es una noticia que alarma. ¿Quién los asesinó y por qué? ¿Fue acaso la patrulla fronteriza que entra con o sin permiso a territorio de México? ¿Fueron los paramilitares fascistas de EEUU o México que persiguen a los desempleados centroamericanos? ¿Fueron los llamados Zetas, muy activos y a los que siempre se echa la culpa? ¿Fue el gobierno mexicano por orden de la tal Romero, secretaria de migración? Quien haya ordenado la salvaje ejecución puede estar esperando otra oportunidad para dar un segundo “escarmiento” y así servir con la mayor efectividad a los yanquis.
2. Como haya sido, los paupérrimos campesinos y artesanos migrantes declaran que tienen que pasar el infierno peligroso (México) para llegar a los EEUU que si bien no tiene nada de “gloria” puede encontrarse un ingreso económico que no se logra en el país de origen. ¿Cuántas decenas de miles de braceros centroamericanos deben cruzar el Río Suchiate para internarse a México para luego viajar como animales en trenes, en autobuses de tercera clase, sin comer ni dormir, a expensas de asaltos y encarcelamientos policiacos? En mis viajes por la ciudad de México y el sur de la República he visto muchas veces en retenes del ejército a los migrantes encerrados en calabozos con poderosos barrotes donde parados durante horas y días no puede caber ni un cuerpo más. Por la actitud y la historia de los militares pienso que a los presos migrantes no les dan nada para comer y cuando más les arrojarán agua a cubetazos.
3. Los patrulleros fronterizos yanquis son racistas y asesinos, pero los mexicanos no parecen ser menos cuando de apresar centroamericanos se trata. ¿Se olvida acaso que los gobiernos mexicanos, para congraciarse con los Clinton, Bush u Obama, han estado dispuestos a arrastrase para lamerles las botas y una forma de hacerlo es evitar que los centroamericanos lleguen a la frontera yanqui? Lo que sucede en el sur de España, en el sur de Europa, en el sur de EEUU, sucede también en el sur de México. Los países del Norte –primeros en armarse e industrializarse- resultan siempre privilegiados frentes a los pobres países de sur que nacieron conservando su agricultura y pobreza, así como cargando al pesado imperio. Cuando observamos los mapas y planisferios siempre vemos arriba al norte y abajo a sur como si a unos los viéramos con respeto y a los otros con la cabeza gacha. Quizá para recuperar dignidad debamos voltear los mapas.
4. ¿Cuántos mexicanos cruzan anualmente la frontera porque el gobierno mexicano no es capaz de crear empleos para ellos? 600 mil personas; ¿Cuántos mueren en la travesía y cuántos son devueltos antes de llegar a su destino? Sin decenas de miles. ¿Cuántos centroamericanos cruzan la frontera mexicana, atraviesan México y lograr entrar a los EEUU? Muy pocos porque el gobierno mexicano es un impenetrable retén difícil de cruzar. Incluso el ferrocarril Chiapas-México-Veracruz, llamado “La Bestia”, donde miles de centroamericanos en los techos del tren y colgados, resulta algo así como el tren de la muerte porque decenas de centroamericanos quedan muertos en el trayecto. Mientras en muchos pueblos salen los habitantes a arrojarles agua y alimentos a los hambrientos centroamericanos, en otros lugares sufren asaltos de mexicanos que buscan quitarles todos lo que llevan consigo.
5. La frontera sur de México con Guatemala y Belice tiene mil 149 kilómetros, casi la tercera parte de la que México tiene con EEUU de San Diego California a Matamoros Tamaulipas (3,326 kilómetros). Se ha publicado que en los últimos cinco años han muerto o desaparecido unos cinco mil salvadoreños y casi mil hondureños al intentar atravesar la frontera México/Guatemala. La crueldad con la que las autoridades mexicanas de migración someten a los migrantes del sur es parte de la presión política que ejerce el gobierno gringo sobre sus lacayos. La militarización de esta frontera es una imitación a la frontera yanqui. ¿De qué se puede quejar el gobierno de México por los malos tratos y asesinatos a mexicanos en la frontera norte si realiza el mismo trato contra los centroamericanos en la frontera sur? Si los braceros mexicanos están jodidos, los centroamericanos están doblemente jodidos.
6. Los 72 migrantes asesinados en San Fernando Tamaulipas parecen formar parte de la xenofobia o racismo yanqui-gobierno mexicano porque las autoridades de México han conocido este asunto desde hace muchos años; son ellas las que ordenan los malos tratos a los trabajadores migrantes del sur. La política migratoria lejos de proteger la seguridad y la vida de las personas, criminaliza a los migrantes reflejando claramente su odio a los trabajadores. En varios países la lucha contra la discriminación y la xenofobia ha ocupado las calles. El empleo y la ocupación son elementos esenciales para garantizar la igualdad de oportunidades para todos y contribuyen decisivamente a la participación plena de los ciudadanos en la vida económica, cultural y social, así como a su desarrollo personal. La discriminación lleva a que la sociedad no aproveche al máximo el capital social y humano, los conocimientos, experiencias y habilidades de todos sus miembros.
7. Hace mucho que el presidente ilegítimo Felipe Calderón debió de renunciar. No sólo por su desgobierno, sino también por la bancarrota de la economía, el desempleo y los más de 32 mil muertos desde que colocó al ejército en las calles para enfrentar, sin el menor éxito, al narcotráfico. Sin embargo todavía le quedan dos años para seguir ocupando la Presidencia a pesar de que el país se desploma más cada día: son ya 28 años perdidos porque en lugar de avanzar hacia delante, el país está peor que en 1982, año del inicio del llamado neoliberalismo. Así como murieron los 49 niños de la guardería de Hermosillo sin que se castigaran a los culpables de aquel genocidio, así también quedarán impunes las muertes de los 72 migrantes centroamericanos. Pero ya se olvidará y sólo lo recordaremos en la próxima masacre. Pero no ha pasado nada, diría mi querido amigo León Chávez, el patrón volverá a su diversión. No ha pasado nada.
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