Pocos, pero se mantienen activos; pequeñita, pero ahí está la AE (Asamblea Estudiantil).
A un año de haber sido creada (¿o re-creada?), esta agrupación de jóvenes estudiantes se reunió para llevar a cabo un recuento de las actividades que llevaron a cabo a lo largo de su primer año.
Como suele suceder en todo movimiento ligado a la izquierda, la AE también ha vivido separaciones y escisiones, pero hasta esto forma parte del proceso de aprendizaje, crecimiento y maduración.
Como alguien externo a esta agrupación, si algo tengo que admirarle a este conglomerado no es solo que esté formado por jóvenes, sino que, los que siguen manteniéndose vigentes y presentes, a pesar de contar cada cual con su propia ideología, ya sea social o política, son capaces de dejarla en la puerta cuando tienen que meterse en su papel de estudiantes que se integran por un fin común. esto es lo que valoro de los jóvenes que forman parte de la Asamblea Estudiantil y, por supuesto, nunca está de más mencionar una vez más que en estos rostros se deposita el futuro ciudadano politizado e involucrado. Cuando miro con detenimiento a cada uno de estos jóvenes y escucho sus ideas, opiniones y propuestas, no puedo dejar de pensar en que bien podrían estar viviendo su vida muy personal y en su mundo de jóvenes, pero ellos aquí están.
Las imágenes:
En el recuento del año y contando sus impresiones personales en el auditorio de La Casa del Estudiante...
Y después, con motivo de la reciente agresión a un joven estudiante en Cd. Juárez, un pequeño mítin combinado con un muy sencillo performance para hacer un llamado a la sociedad civil:
En la Plaza de Sto. Domingo...
Haciendo acto de presencia y solidaridad en el campamento de las mujeres Triquis de San Juan Copala...
Y frente a Palacio Nacional, llamando la atención de la gente que asistía a la exposición que se lleva a cabo en el Zócalo con motivo de los días de muertos...
*****
* El colofón: Porque todos los movimientos sociales, desde los estudiantiles hasta los campesinos, indígenas, obreros y gremiales se están levantando obedeciendo al hecho de que hemos guardado por mucho tiempo un silencio parecido a la estupidez, va un sentido mensaje de disculpa a Darío, el joven baleado ayer y que hoy se debate entre la vida y la muerte. El texto es de la camarada Mónica Hernández Abascal y al leerlo los invito a que pensemos solo por un instante en que ese Darío puede ser cualquiera de los chavos a los que hoy retraté, o mi propio hermano, o tu hijo, o tu vecino...
A un año de haber sido creada (¿o re-creada?), esta agrupación de jóvenes estudiantes se reunió para llevar a cabo un recuento de las actividades que llevaron a cabo a lo largo de su primer año.
Como suele suceder en todo movimiento ligado a la izquierda, la AE también ha vivido separaciones y escisiones, pero hasta esto forma parte del proceso de aprendizaje, crecimiento y maduración.
Como alguien externo a esta agrupación, si algo tengo que admirarle a este conglomerado no es solo que esté formado por jóvenes, sino que, los que siguen manteniéndose vigentes y presentes, a pesar de contar cada cual con su propia ideología, ya sea social o política, son capaces de dejarla en la puerta cuando tienen que meterse en su papel de estudiantes que se integran por un fin común. esto es lo que valoro de los jóvenes que forman parte de la Asamblea Estudiantil y, por supuesto, nunca está de más mencionar una vez más que en estos rostros se deposita el futuro ciudadano politizado e involucrado. Cuando miro con detenimiento a cada uno de estos jóvenes y escucho sus ideas, opiniones y propuestas, no puedo dejar de pensar en que bien podrían estar viviendo su vida muy personal y en su mundo de jóvenes, pero ellos aquí están.
Las imágenes:
En el recuento del año y contando sus impresiones personales en el auditorio de La Casa del Estudiante...
Y después, con motivo de la reciente agresión a un joven estudiante en Cd. Juárez, un pequeño mítin combinado con un muy sencillo performance para hacer un llamado a la sociedad civil:
En la Plaza de Sto. Domingo...
Haciendo acto de presencia y solidaridad en el campamento de las mujeres Triquis de San Juan Copala...
Y frente a Palacio Nacional, llamando la atención de la gente que asistía a la exposición que se lleva a cabo en el Zócalo con motivo de los días de muertos...
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* El colofón: Porque todos los movimientos sociales, desde los estudiantiles hasta los campesinos, indígenas, obreros y gremiales se están levantando obedeciendo al hecho de que hemos guardado por mucho tiempo un silencio parecido a la estupidez, va un sentido mensaje de disculpa a Darío, el joven baleado ayer y que hoy se debate entre la vida y la muerte. El texto es de la camarada Mónica Hernández Abascal y al leerlo los invito a que pensemos solo por un instante en que ese Darío puede ser cualquiera de los chavos a los que hoy retraté, o mi propio hermano, o tu hijo, o tu vecino...
Una disculpa para Darío...
Querido hijo de todos y todas: ante la imposibilidad momentánea de poder hacer otra cosa y sintiéndome cómplice de la tragedia que tu y tu familia biológica estan pasando, quiero pedirte una sincera y enorme disculpa ....
Por haber permitido que la violencia llegara al límite en que se encuentra, sin haber intentado pararla a toda costa.
Por haber permitido que quien propicia y fomenta esta situación llegara a donde y como llegó, sin haber hecho mas que manifestar mi desacuerdo y enojo. Tendría, de haberlo sabido, que detener a como diera lugar, a este pseudo ser humano (ya no digamos mexicano) tramposo, ladrón e inconsciente que se apodero de la máxima envestidura con la mínima decencia dando el ejemplo de ilegalidad que impera ahora en todo el país.
En su momento (y aún ahora titubeo porque soy una persona de paz) pensé que hacia lo mejor ya que la violencia solo genera violencia, pero cada vez estoy mas intranquila e insegura de haber tomado la decisión que tomé antes.
No queríamos que muriera gente en una revuelta y mira cuantos han muerto hasta ahora, hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas inocentes que no cometieron ningún delito sino el de vivir en un país en donde se instauraron, hace cuatro años, el terror, la impunidad y el cinismo de parte de los que usurpan el gobierno al amparo de la policía y el ejército.
El tiempo no se puede echar atrás, pero puedes estar seguro de que en un futuro lucharé con más ahínco y fuerza por evitar que este tipo de cosas pasen a los que, como tú, son el futuro de México y del mundo.
Espero te recuperes muy pronto y te digo desde el fondo de mi alma y con el corazón en la mano,
¡Por favor discúlpame muchacho!