Jorge Carrasco Araizaga
MÉXICO, D.F. 23 de octubre (Apro).- La reforma al Código de Justicia Militar propuesta al Congreso por Felipe Calderón es una vergüenza internacional.
Y lo es por partida doble. Primero, porque pretende hacer creer al sistema interamericano de justicia que el Estado mexicano se encamina a cumplir con el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la desaparición forzada de Rosendo Radilla cometida por efectivos militares en 1974, como una de las prácticas de agentes estatales durante la guerra sucia de los años sesenta y setenta.
Segundo, porque expone a nivel internacional el fracaso de la llamada transición a la democracia, luego de siete décadas del régimen autoritario priista definido y echado a andar, precisamente, por los militares al término de la Revolución Mexicana.
Por casi tres décadas, los militares controlaron la presidencia de México. Hasta 1946, con la llegada de Miguel Alemán Valdés, comenzó la sucesión de civiles en la presidencia del país.
Leer mas...AQUI
Y lo es por partida doble. Primero, porque pretende hacer creer al sistema interamericano de justicia que el Estado mexicano se encamina a cumplir con el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la desaparición forzada de Rosendo Radilla cometida por efectivos militares en 1974, como una de las prácticas de agentes estatales durante la guerra sucia de los años sesenta y setenta.
Segundo, porque expone a nivel internacional el fracaso de la llamada transición a la democracia, luego de siete décadas del régimen autoritario priista definido y echado a andar, precisamente, por los militares al término de la Revolución Mexicana.
Por casi tres décadas, los militares controlaron la presidencia de México. Hasta 1946, con la llegada de Miguel Alemán Valdés, comenzó la sucesión de civiles en la presidencia del país.