La participación de adolescentes en actos de la delincuencia organizada deja en evidencia la fragilidad del Estado Mexicano para proteger a su infancia del tráfico y consumo de drogas.
Redim | Cencos
La participación de adolescentes en actos de la delincuencia organizada deja en evidencia la fragilidad del Estado Mexicano para proteger a su infancia del tráfico y consumo de drogas.
# Es urgente concluir con las reformas al Artículo 18 Constitucional y su implementación en todos los Estados de la República, a fin de garantizar la existencia de un sistema especial de justicia para adolescentes.
Observamos con preocupación las dificultades que el Estado Mexicano enfrenta para garantizar la protección de los derechos humanos de las y los ciudadanos. Nos encontramos en un país que cada día ofrece menos oportunidades de desarrollo a niños, niñas y jóvenes, quienes además de ello ahora son testigos y víctimas de una guerra declarada contra el crimen organizado desde el 2006.
En los medios de comunicación y entre algunas autoridades mexicanas se expresa que ante la situación económica y de falta de oportunidades niños, niñas y jóvenes mexicanos se han involucrado con el crimen organizado. Datos oficiales no existen, sólo algunas aproximaciones que llaman la atención a los temas pendientes con este segmento de población.
Desde que iniciara la “guerra contra el crimen organizado” de la presente administración se calculan 29 mil homicidios, de ellos 1,066 aproximadamente son de personas menores de edad. El incremento de la tasa de homicidios en los Estados del norte del país se ha multiplicado por tres de un año a otro, especialmente en el segmento de 15 a 17 años.
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# Es urgente concluir con las reformas al Artículo 18 Constitucional y su implementación en todos los Estados de la República, a fin de garantizar la existencia de un sistema especial de justicia para adolescentes.
Observamos con preocupación las dificultades que el Estado Mexicano enfrenta para garantizar la protección de los derechos humanos de las y los ciudadanos. Nos encontramos en un país que cada día ofrece menos oportunidades de desarrollo a niños, niñas y jóvenes, quienes además de ello ahora son testigos y víctimas de una guerra declarada contra el crimen organizado desde el 2006.
En los medios de comunicación y entre algunas autoridades mexicanas se expresa que ante la situación económica y de falta de oportunidades niños, niñas y jóvenes mexicanos se han involucrado con el crimen organizado. Datos oficiales no existen, sólo algunas aproximaciones que llaman la atención a los temas pendientes con este segmento de población.
Desde que iniciara la “guerra contra el crimen organizado” de la presente administración se calculan 29 mil homicidios, de ellos 1,066 aproximadamente son de personas menores de edad. El incremento de la tasa de homicidios en los Estados del norte del país se ha multiplicado por tres de un año a otro, especialmente en el segmento de 15 a 17 años.