sábado, 17 de marzo de 2012

López Obrador llama a salvar el país por la vía de la concordia

  • El tabasqueño rinde protesta como candidato a la Presidencia de la República por el PRD
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Andrés Manuel López Obrador (centro) tras rendir protesta, ayer, como candidato del PRD a la Presidencia de la República. Lo flanquean, desde la izquierda: Armando Ríos Piter, Jesús Zambrano, Alejandra Barrales, Miguel Mancera, Arturo Núñez Jiménez y Dolores PadiernaFoto

Carlos Ramos Mamahua
Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Sábado 17 de marzo de 2012, p. 5

Al rendir protesta como candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador llamó a la reconciliación y celebró que en el sol azteca y la izquierda en su conjunto se haya actuado de manera responsable y privilegiado la unidad, porque la necesitamos para convocar a todos los mexicanos a que, también en unidad, salvemos a nuestro país.

Llamó a buscar el cambio por el camino de la concordia, porque sólo así vamos a poder sacar a México del pantano en que lo han metido. No puede haber nada más importante en esta circunstancia que pensar en el interés general, del pueblo y de la nación. Estoy extendiendo mi mano franca a todos los mexicanos, con más razón extiendo mi mano franca a mis amigos y compañeros del PRD, subrayó.

Vamos de nuevo a participar, porque así lo exigen las circunstancias... Vamos juntos a la transformación de nuestro país... Apliquémonos a fondo en esta campaña... México está atravesando por una de las peores épocas de su historia, y las cosas están bastante claras, añadió; sólo hay dos caminos, o cambio verdadero o más de lo mismo, que significa pobreza, desempleo, inseguridad, violencia, apeló en el Polyforum Cultural Siquerios, al igual que a no dejar a la derecha el tema de la familia.

De traje negro y corbata amarilla, López Obrador arribó al recinto pasadas las seis de la tarde para rendir protesta ante el Consejo Nacional de su partido. Se encontró con alrededor de mil 500 perredistas que no pudieron ingresar al inmueble y siguieron la ceremonia mediante una gran pantalla.

Adentro los consejeros se encontraban listos para el acto. Entre ellos Jesús Ortega, dirigente de Nueva Izquierda, sentado en primera fila, a corta distancia de Porfirio Muñoz Ledo. Arriba, en el templete, como invitados, los líderes del PT, Ricardo Cantú, y de Movimiento Ciudadano, Luis Walton, además de los coordinadores de la campaña presidencial, Ricardo Monreal, y de Diálogo para la Reconstrucción de México, Manuel Camacho Solís, junto con los jefes de las bancadas perredistas en el Congreso, Carlos Navarrete y Armando Ríos Piter, en una de dos mesas colocadas en el templete.

En la otra, los precandidatos del partido a jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera; a gobernadores de Tabasco, Arturo Núñez; de Morelos, Graco Ramírez, y de Jalisco, Fernando Garza. También, la presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa capitalina, Alejandra Barrales.

Acompañaron a López Obrador sus hijos José Ramón, Gonzalo y Jesús, además de su esposa Beatriz Gutiérrez. Asimismo, Javier Jiménez Espriú, Sergio Rodríguez, Genaro Góngora Pimentel, René Drucker, Bernardo Bátiz, Bertha Luján –propuestos para formar parte de su gabinete– y Héctor Vasconcelos. No llegaron el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, ni Cuauhtémoc Cárdenas.

Jesús Zambrano y Dolores Padierna, presidente nacional y secretaria general del PRD, recibieron en la puerta del Polyforum a López Obrador, quien al rendir protesta como candidato presidencial dijo: Protesto para que todos los mexicanos logremos la transformación que necesita nuestro país; un cambio verdadero que significa honestidad, justicia, tranquilidad y paz que merece el pueblo de México. Protesto por México, puntualizó.

Zambrano resaltó que el PRD está en un solo puño rumbo a la Presidencia de la República, y lo vamos a lograr contigo, Andrés Manuel, el único con visión de Estado y capaz de conducir los destinos de nuestra patria en un sentido diferente. En el PRD creemos en la reconciliación nacional, agregó.

Por la mañana, López Obrador desayunó con empresarios del sector de las comunicaciones, y al mediodía impartió una conferencia magistral en la Universidad del Valle de México, campus Lomas Verdes, donde aseguró que es licenciado en ciencias políticas y administración pública por la UNAM, graduado en la universidad de la vida, tengo el título de dirigente y lo más importante: vocación de servicio.

Ser de izquierda en nuestro tiempo es ser honesto y de buen corazón, expresa el político

Arturo Cano

Afuera, algunos todavía pujan por entrar cuando llega, un poco tarde debido al tráfico de viernes y de marchas, Andrés Manuel López Obrador. Lo esperan desde hace unos minutos los anfitriones, Jesús Zambrano y Dolores Padierna, únicos oradores, con el tabasqueño, en el acto que oficializa la candidatura de López Obrador por el PRD.

Padierna y Zambrano reciben a los rezagados –la mayoría porque quedaron atrapados entre el tumulto y los filtros a la entrada– y se dan tiempo de conversar sobre las curiosas campañas en tiempos de veda.

“Vamos bien, Andrés va muy bien; en todas las encuestas los ‘negativos’ se están esfumando”, dice Padierna. El sonorense Zambrano dedica algún tiempo a observar a los adversarios. Refiere los discursos recientes de Enrique Peña Nieto: Se traba, se atora, quedó tocado y parece que siempre está pensando en que no la vaya a regar otra vez.

Horas después de este acto, Zambrano vuela a Washington, donde se reunirá con un alto funcionario del Departamento de Estado y dictará una conferencia en el Wilson Center. El título de la disertación es Las elecciones mexicanas y el futuro de la socialdemocracia en México.

Un futuro que será muy otro si el candidato que acaba de llegar no gana los comicios del 1º de julio. Los socialdemócratas seguirían entonces su ruta, armados de la franquicia del PRD, lejos de quien ahora es su candidato pese a los varios años de no encontrarnos, de tener una relación complicada, como frasea en su turno al micrófono Zambrano, refiriéndose directamente a López Obrador y al pleito poselectoral perredista.

El líder del PRD hace un recuento de la historia del candidato, desde 1988. La enumeración es un reconocimiento a la trayectoria del tabasqueño (aunque erróneamente lo ubica como cabeza de un movimiento de trabajadores petroleros).

Luego celebra que el lugar elegido para la toma de protesta sea el

Polyforum Siqueiros, un salón dentro de un mural (La marcha de la humanidad), porque, dice, el pintor fue un dirigente de la izquierda en los cincuenta y un antidogmático (la memoria indica, sin embargo, que el camarada Siqueiros tuvo su ruda fase estalinista).

Para cerrar con la noche de cortesías Zambrano suscribe la idea de un gobierno de reconciliación nacional e incluso la república amorosa de López Obrador.

Las presentaciones han corrido a cargo de Dolores Padierna, quien además dirige un breve mensaje en el cual dice estar segura de que muy pronto López Obrador despachará en el edificio vecino a otro desde el que ya gobernó con talento, sensibilidad y eficacia.

Diputados y senadores, delegados y funcionarios de todos los niveles, candidatos al por mayor son el grueso de los asistentes. Aquí se sientan a aplaudir al candidato, pero apenas salgan seguirán destazándose por las candidaturas aún no resueltas. Completan el cuadro los integrantes del gabinete propuesto por López Obrador y dirigentes del Morena, algunos de los cuales tuvieron que batallar para ingresar al recinto.

El aplausómetro se lo llevan las cabezas de las corrientes mayoritarias del PRD, sobre todo de las dominantes en el DF y, por supuesto, Miguel Mancera, aspirante a suceder al ausente Marcelo Ebrard, a quien sientan junto a los demás candidatos a gobernadores.

López Obrador no trae un discurso preparado. Esa tarjetita que ves es de notas que tomó aquí, dice César Yáñez, su jefe de medios.

Aunque hacia al final de su pieza oratoria confiesa que pensaba ser muy breve –y que se extendió por sentirse a gusto– López Obrador desarrolla algunos de los temas que lo han definido en los últimos meses. La honestidad en el ejercicio del gobierno, la fórmula para crear empleos, otra ruta para combatir la violencia: Aquí en la ciudad de México hace mucho se pintó claramente la frontera entre la autoridad y la delincuencia.

Teje también sobre la existencia de sólo dos proyectos de país en cuatro candidaturas y, claro, sobre los valores que quiere ver expresados en una cartilla moral: ¿Por qué dejarle el tema de la familia a la derecha?

Dibuja López Obrador su idea de la izquierda en esta hora, más cerca de Lula que de Chávez si se quiere: Ahora, más que la carga ideológica, se requiere juicio práctico; Ser de izquierda en nuestro tiempo es ser honesto y de buen corazón.

Estamos aquí claramente cerrando filas, había dicho Zambrano poco antes, y López Obrador la agarra al vuelo: Estoy extendiendo mi mano franca a todos los mexicanos y con más razón la extiendo a mis compañeros del PRD.

En cuanto arranque la campaña se verá si la mano franca basta, por ejemplo, para que los perredistas que no lo querían de candidato hagan campaña en serio.
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