El país se ha convertido en un
cementerio nacionaly los gobiernos se resisten a buscar y, en su caso, entregar a las cerca de 10 mil personas que han sufrido desaparición forzada, denunció la caravana Madres buscando a sus hijos e hijas y buscando justicia, que partió el martes de las capitales de Chihuahua y Coahuila hacia el Distrito Federal, y ayer llegó al centro de León, Guanajuato.
Al grito de
¡Ejército, regrésame a mi familia!, y
¡Vivos se los llevaron, vimos los queremos!, unas 300 personas –entre madres y familiares de desaparecidos en Baja California, Nuevo León, estado de México, Jalisco, Michoacán, Guanajuato Chihuahua y Coahuila– exigieron justicia.
En el centro de León, las activistas encendieron veladoras y
relataron historias de sus familiares que han sido víctimas de
desaparición forzada.
El pasado 19 de junio, en el municipio de Anáhuac, Chihua- hua,
policías federales y municipales sacaron de su vivienda a siete hombres
de la familia Muñoz Veleta.
Este municipio está controlado por los criminales; en el día, los policías son policías y en la noche son sicarios. El Día del Padre se llevaron a todos los hombres de una familia; hay tres policías identificados y siguen trabajando, por eso recorremos la República exigiendo justicia, relató Gabino Gómez.
María Alvarado denunció que el Ejército desapareció a su hermana Rocío y a su primo José Ángel.
Al finalizar el acto, las madres partieron rumbo a la ciudad
de Querétaro, donde pidieron que quien llegue a la Presidencia el
próximo primero de diciembre tome cartas en el asunto
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