sábado, 5 de mayo de 2012

Las reformas estructurales en el debate

Arturo Alcalde Justiniani
La exigencia de reformas estructurales se ha convertido en el tema central de la candidata panista a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota. Con uno u otro motivo, siempre acude a este reclamo sin aclarar el contenido específico del mismo. Sus seguidores han tomado esta confusa bandera ampliando el desconcierto sobre su alcance.

Por reformas estructurales los panistas parecen entender la necesidad de cambios en materia energética, fiscal y laboral. En el primer tema plantean en esencia la privatización; en el segundo, incrementar el IVA, y en el último, impulsar su reforma a la Ley Federal del Trabajo.

El candidato priísta, Enrique Peña Nieto, por su lado, pretende posicionarse a partir de una imagen de cambio, buscando que la población olvide que su partido gobernó durante más de 70 años, generando muchos de los problemas que hoy sufrimos: corrupción, endeudamiento, inseguridad, pobreza, subdesarrollo tecnológico, desempleo, empleo precario y subasta del patrimonio nacional, acompañados de una desbocada apertura comercial que lesionó gravemente la industria nacional y el campo, sembrando con todo ello la inseguridad y la violencia que hoy sufrimos. El PAN mantuvo y profundizó el mismo proyecto económico y social del PRI. Los resultados hablan por sí mismos: más pobreza, desigualdad, poco crecimiento económico y acelerada destrucción del medio ambiente. En otras palabras, cada vez vivimos peor.

Si comparamos las políticas aplicadas por el PRI y el PAN encontramos grandes coincidencias, por ello les resulta difícil a las personas encontrar diferencias entre las plataformas de unos y otros. Ejemplo de ello es que los gobiernos panistas mantuvieron en sus cargos a los principales operadores priístas en actividades estratégicas, como las relativas a los sectores hacendario y financiero.

En el terreno laboral, es evidente que ambos sostuvieron y promovieron una política de contención salarial apoyada en una estructura de control y corrupción gremial-empresarial. Desde que llegaron los panistas al gobierno, hace 12 años, a partir de los llamados principios de la nueva cultura laboral hicieron causa común con el corporativismo que tanto habían criticado en el pasado. Siguiendo los consejos del sector empresarial más conservador, que se oponía a un proceso de democratización en este sector, el PAN puso su triunfo en manos de la Coparmex, abdicando del ideario humanista y democrático contenido en sus documentos fundacionales. El colmo en este proceso fue el allanamiento de Josefina Vázquez Mota –quien perteneció a esa organización patronal–, realizado en favor de la propuesta laboral priísta: les firmamos completa la iniciativa de ley, dijo, al tiempo que daba la consigna a todos los legisladores de su fracción para que signaran a ciegas, creyendo ingenuamente que con ello colocaban contra la pared a los priístas que ya habían dado marcha atrás en el proceso de reforma.
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