jueves, 26 de julio de 2012

¿Qué significa el PRI?

Enrique Peña Nieto es secundario: es el PRI lo que nos preocupa, y más que éste, quienes lo manejan. Atrás o arriba del títere está el titiritero, y éste no es un dinosaurio, como muchos creen, sino un pequeño conjunto de hombres de empresa que mangonea toda la política o, mejor, la política que interesa en México para beneficio de ellos. Los priístas son los que saben hacer lo que quieren y necesitan esos empresarios quienes, dicho sea de paso, le deben sus haberes a otro títere que también impusieron: Salinas, pero más inteligente y hábil que el mexiquense de ahora.

No nos confundamos. Ellos impusieron a Salinas porque él, su ideología y su forma de ser, representaba lo que necesitaban. Poder presidencial es poder nacional, de ahí que había que poner al presidente, un lacayo hábil, leal, cumplidor, autoritario, corrupto e ideológicamente neoliberal. Ellos querían un gerente para dirigir la marcha y el destino del país y lo lograron. Sabedores de que un gerente debe pensar y actuar en el mismo tono y con la misma música del consejo de administración de México, SA, lo impusieron, y luego a otro (Zedillo) que les resultó igual de útil, pero dado el desastre que ambos dejaron en el país, buscaron la ilusión de la alternancia, el éxito de la oposición para, en un acto de gatopardismo, conseguir lo mismo pero con otro partido igualmente neoliberal aunque menos preparado para manejar el país. Fox y Calderón no fueron una buena apuesta, pese a que protegieron los intereses de los dueños del país, y fue así que éstos buscaron y proyectaron una imagen (en tiempos en que la imagen es más importante que el contenido): la de un joven ambicioso que fotografía bien, y más con su esposa. Dos buenas imágenes son mejores que una, sobre todo en televisión de alta definición.

El asesor de Peña Nieto, el verdadero y no el que parece, es Carlos Salinas, el mejor gerente que ha tenido México, SA. Carlos Salinas pasó de gerente a socio y ahora forma parte del mismo grupo de propietarios, seguramente con prestanombres. Zedillo prefirió ser socio de las empresas extranjeras que privatizó y Fox, bueno, Fox se conformó con un ranchito donde vive muy a su gusto pues está en su elemento natural y del que nunca debió salir. Calderón, como Zedillo, se irá del país y probablemente monte una empresa de guardia y protección mundial para proteger de los malos a los buenos (o al revés) en cualquier lugar donde se requieran sus servicios, por lo cual fracasará, pues no es confiable.

Octavio Rodríguez Araujo

Ver mas


Síguenos en twitter @radioamlo