sábado, 25 de agosto de 2012

DESFILADERITO

Última megamarcha antes del fallo

Mañana caminará por las calles de la ciudad de México la última “megamarcha” contra la imposición de Enrique Peña Nieto, antes que a partir de pasado mañana, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tribepojufe) inicie la discusión de las impugnaciones contra el PRI y su candidato presidencial a quienes Andrés Manuel López Obrador y los partidos de la alianza Movimiento Progresista acusaron de lavar dinero, al menos 4 mil 500 millones de pesos, y comprar cinco millones de votos.

Tras la manifestación de mañana, los magistranzas (encabezados por su presidente, Alejandro Luna Ramos, ahora sospechoso de complicidad con su hijo Jorge Belisario, a quien una pintora sudafricana tachó el jueves de “ladrón” por el robo de tres cuadros) se dedicarán a examinar los reportes de la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la PGR en torno al lavado de dinero cometido por Peña Nieto y sus secuaces.

Como hasta ahora no se tienen noticias de que alguna de esas dependencias haya echado siquiera un ojo a las exigencias que en tal sentido le enderezaron los partidos del Movimiento Progresista, los magistranzas se preguntarán qué relación existe entre las 460 cajas de pruebas de compra de votos presentadas por López Obrador y las denuncias penales que nadie atendió, y llegarán a la predecible conclusión de que todo es un disparate fraguado por los pejezombies para tratar de empañar la elección “más limpia de todos los tiempos”.

Pero como no podrán emitir su veredicto en esos términos, probablemente dirán que el acopio de tarjetas prepagadas de Soriana (en 12 modalidades distintas) y los cerros de playeras, calcomanías, peines, lociones, materiales de construcción, pollos, borregos, patos y cerdos realizado por los abogados del Movimiento Progresista no demuestran la compra de votos y –se arriesgarán a decir-- en todo caso, si “algunos” electores marcaron el nombre de Peña Nieto en su boleta “estimulados” por esos obsequios, esta conducta no altera de ningún modo el resultado de los comicios, y por lo tanto... etcétera, etcétera, etcétera.

Esto es lo que Raymundo y medio mundo suponen que harán los magistranzas (para que su ex presidenta, María del Carmen Alanís, deje de estar “hasta el gorro de las impugnaciones de López Obrador” y cobre uno más de los millonarios bonos que se ganó a pulso por ser una simple meretriz del PRI), pero lo que nadie puede vaticinar es cómo reaccionará la gente de a pie, la que no se opone a este nuevo por fraude por simpatizar con AMLO, la que acaso votó por Vázquez Mocha, y lo único que desea y exige es un sistema electoral confiable, honesto e imparcial.

¿Se acerca la hora de los cocteles molotov? Pronto lo sabremos. Por ahora, lo único seguro es que el martes venidero, 48 horas después de la megamarcha anti-Peña, los estudiantes y los maestros de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México saldrán del plantel Centro Histórico hacia el de la colonia del Valle, en una manifestación que no aspira sino a visibilizar el descontento de alumnos y académicos ante la política de mano dura y manos sucias de la rectora Elba Esther Orozco, quien por su respectiva parte cometió un fraude electoral, muy a su estilo, para robarse 11 puestos del Consejo Universitario que habían ganado sus opositores y garantizarse una cómoda cuan falsa mayoría en el máximo órgano de decisión de esa casa de estudios.

Escribo estas líneas después de comer en una fonda de la ciudad de Guadalajara, en donde el costo del menú –70 pesos, a cambio de un consomé, un plato de arroz, una calabacita rellena de queso y un filetito de pescado, más un panqué de chocolate y un vaso de agua de limón-- aumentó 10 pesos tras el cumplimiento de la petición de que el arroz viniera a mi mesa con un huevo estrellado encima. ¡10 pesos por un huevo, en la capital del estado que siendo el mayor productor huevero del país, originó la gripe del pollo que llevó a la muerte a 2 millones de gallinas ponedoras!

En espera de que desembarquen las dos mil toneladas de huevos del mundo en nuestros muelles del Golfo de México y el Pacífico, hoy también estaré en Twitter, en la cuenta Desfiladero132, descansando como todos los sábados, para volver a leernos el lunes.

Jaime Avilés


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