martes, 11 de septiembre de 2012

El futuro de Morena

  • Entreguismo y complicidades de los chuchos
  • Consejera de la UACM
Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez

La historia de aquel partido político que prometía una lucha frontal contra la injusticia, en todos los órdenes, con base en la honestidad de sus líderes, ha terminado.

La intención de los que fundaron el PRD el 5 de mayo de 1989 tal vez se vea un tanto satisfecha por los momentos históricos en los que la derecha tuvo que echar mano no sólo de los servicios de las instituciones electorales que fabricaron su democracia, y de los amanuenses que alimentaron durante los periodos del neoliberalismo, sino también de las fortunas de los que esperan ver su inversión retribuida, para impedir que la izquierda, apoyada en la voluntad popular, llegara al poder.

Sí, tal vez, pero esto no cancela el seguro sentimiento de frustración que causó el asalto de los serviles y los traidores a los órganos de gobierno perredista. A partir de ese momento se inició la larga agonía de ese partido, y fue el domingo pasado cuando, al fin, ya muerto el organismo, se declaró su deceso oficial.

No se trata de intenciones unipersonales ni de caprichos; el país requiere de un partido de izquierda real –ni vieja ni moderna, eso no existe– sino de una agrupación que encabece a todos los que buscan aliviar la injusticia que se acentuó en México con la imposición de una forma de gobierno en la que se puso precio al ser humano, se redujo el quehacer del Estado y se permitió el galopar salvaje del capitalismo, donde la única forma de gobierno es la que dicta el mercado. Eso fue lo que aceptó la izquierda moderna.

Ver mas


Síguenos en twitter @radioamlo