Ese día, emblemático en la historia de México por la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968, se registró como asociación civil el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y se convocó también a su primer congreso nacional para el 20 de noviembre de 2012.
En este espacio lo apuntamos al día siguiente: “El registro Morena como asociación civil, este domingo 2 de octubre, tiene un significado insoslayable: Pase lo que pase en la elección presidencial, en la que no es seguro que sea candidato, López Obrador dispondrá de una estructura partidaria sin el sabotaje interno que supone su coexistencia con el perredismo.
“La convocatoria al primer congreso nacional de Morena, en noviembre de 2012, un mes antes del fin del desastroso gobierno de Felipe Calderón, marcará, aunque aún no se acepte, la ruptura plena de López Obrador con el PRD, cuyo proyecto de izquierda se corrompió por los contubernios de Los Chuchos, la facción que domina la estructura burocrática.
“La elección presidencial, entonces, es un acontecimiento clave para Morena, pero no es su razón de ser, porque –sostienen sus participantes– aun en la hipótesis de que López Obrador gane la candidatura y aun la Presidencia de la República, el proyecto en el que participan más de 4 millones 100 mil mexicanos va más allá.”
Un año de distancia, lograda la candidatura y con 16 millones de votos que sus enemigos jamás imaginaron que conquistaría, pese a todo el aparato volcado a favor del priista Enrique Peña Nieto, López Obrador formaliza la creación de Morena como partido político, pero se propone que sea, al mismo tiempo, un movimiento que defienda causas sociales.
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