sábado, 1 de septiembre de 2012

Falsificadores de la historia: cuando los mexicanos ganan guerras

Pedro Salmerón Sanginés

Aunque a los falsificadores de nuestra historia no les guste, la jornada del 5 de mayo de 1862 fue una victoria. Algunos aceptan que esa escaramuza se medio ganó (¿?), pero que la guerra se perdió, como dicen Catón, Zunzunegui o Schettino, quienes quizá viven en un imaginario protectorado francés o son súbditos de un emperador.

Podemos saber quién ganó una guerra revisando los objetivos de los contendientes. Los de los franceses pueden leerse en las instrucciones de su emperador al jefe militar de los invasores. Ahí queda claro que pretendían construir un protectorado para sostener sus colonias en las Antillas y Sudamérica y conseguir que el posible paso interoceánico del istmo de Tehuantepec quedara bajo control francés. Se quería extender la influencia francesa a América para crear inmensos mercados, donde se procurarían las materias indispensables para la economía francesa. Es decir, se trataba de extender a América el imperio francés mediante la imposición de un protectorado, en donde reinaría el príncipe austriaco Maximiliano de Habsburgo.

El presidente Juárez plasmó con igual claridad las razones de la resistencia: Proclamar como lo hacen nuestros agresores, que no hacen la guerra al país sino a su actual gobierno, es repetir la vana declaración de cuantos emprenden una guerra ofensiva y atentatoria; y por otra parte, bien claro está que se ultraja a un pueblo cuando se ataca a un poder que él mismo se ha elevado y quiere sostener. Se trataba, pues, de la defensa de la soberanía, en un país pobre que había sido amenazado y agredido por cuatro potencias desde el inicio de su vida independiente.

Ver mas


Síguenos en twitter @radioamlo