domingo, 15 de junio de 2008

Cultura jurídica (una aproximación)

Carlos Monsiváis

1. La cultura jurídica, término de uso más bien reciente, experimenta un desarrollo contradictorio a partir de las dos últimas décadas. Hasta hace poco se le creía sólo al alcance de los especialistas. Antes, era la creencia general, ¿de qué servía enterarse de las leyes si los resultados dependían en un número desorbitado de casos resueltos por la más profunda ilegalidad? El dura lex, sed lex, la ley es dura pero es la ley, no persuade, no se cree en su importancia justa y porque, de conocerla, todos recurrirían la sentencia (atribuida) a Benito Juárez: “Para los enemigos, la ley; para los amigos, justicia y gracia”. Como suele suceder, se desconfía y se confía en la ley, no hay otra, y de ella, a la vez, nada y bastante se espera.
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2. De algunas certidumbres sociales:
—En la percepción pública, la idea de la justicia hace las veces de trampa de la que únicamente se salvan los capaces de adquirir su impunidad (su libertad) a precio costoso.

—En la percepción pública, a veces es posible obtener el reconocimiento de los derechos. Basta con que le toque a la persona un buen juez.

—Los pobres, los de recursos económicos no renovables, se sienten de antemano perdidos ante el Poder Judicial. La confianza en la injusticia orgánica de la justicia es el equivalente de la sensación de fracaso en la educación primaria y secundaria. Dice el dogma: hasta donde llega la persona en sus estudios, hasta allí llega en la vida, a menos que opte por las vías del deporte o la delincuencia. Se cree en verdad en una justicia tarifada, y, además, también, se considera posible “tener suerte” en los juzgados, fíjate, si todo estuviere mal habría revolución.

—Los ricos (ya no se diga los muy ricos) se muestran indiferentes a los procedimientos judiciales, se desentienden de escándalos y denuncias, y la asesoría legal a sus órdenes conoce a la perfección los vericuetos y los puntos débiles de la administración pública. Si oyeran lo de “La ignorancia de la ley no implica su no observancia”, dirían que les pagan suficientemente a sus abogados como para tener becada a la observancia de la ley.

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