jueves, 16 de octubre de 2008

La maestra. Puntos suspensivos





Adolfo Sánchez Rebolledo

La maestra. Puntos suspensivos

Al faroleo de la impunidad se sobrepone la mentira. Alegarán que no hay delito a perseguir; que los sindicatos son autónomos, que si la ley no gusta, pues que se cambie. Gracias a razonamientos semejantes, la compra de conciencias (mediante Hummers y otras bagatelas), la manipulación del patrimonio de los trabajadores, formado por las aportaciones obligatorias que éstos entregan a la organización que debe representarlos y defenderlos, escapa a toda verdadera legalidad democrática, a la más mínima fiscalización y transparencia. Sin mecanismos que aseguren la rendición de cuentas a sus afiliados, el sindicato en México se convierte así en una enorme bolsa al servicio de los líderes, la cual puede ser utilizada a su antojo sin que eso implique corrupción alguna. Gracias a eso, el SNTE funciona como un poder dentro del Estado, autónomo, pero vicario.
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