miércoles, 8 de abril de 2009

DE FRIDA: A UN AÑO TERESA Y FELICITAS

"AUN AÑO TERESA Y FELICITAS

VERÓNICA VILLALVAZO/ LA COLUMNA ROTA

Gracias a Noticias por un año de publicación y a quien nos favorece leyéndonos

La primera Columna Rota publicada hará cosa de un año en esta Casa
Editorial, hablaba tristemente de aquellas dos mujeres asesinadas en
la tan llena de conflictos, zona triqui.

Dos mujeres asesinadas, dos mujeres más… “Los triquis siempre se
matan.Éso es normal”; “Así es ahí”. Eran las terribles frases que
escuché los dos primeros días después al 7 de abril cuando se produjo
el doble crimen que primeramente ocupó espacios en la sección
policiaca de los diarios locales. Sin embargo, la importancia de las
muertes dio un giro cuando se supo que ellas eran locutoras de la
Radio Comunitaria de San Juan Copala.

Los hechos ocurrieron rumbo a la comunidad de Llano Juárez, en la zona
Triqui. Jóvenes ellas, eran locutoras de “La voz que rompe el
silencio”.

Una semana después de lo ocurrido, participé con algunos reporteros en
un recorrido realizado además por visitadores de la Comisión Nacional
de Derechos Humanos. Entonces se vislumbró la esperanza de que podía
haber justicia.

Al interior de la comunidad, se dio la impresión de que los
condenables asesinatos iban a impactar de tal modo que se podría
erradicar la discriminación centenaria en contra de las mujeres, que
se iban a dejar atrás inexplicables “usos y costumbres”. Incluso
hasta que podrían detenerse, tal vez, las múltiples balaceras que se
viven en la zona, donde resultan heridos y asesinados hombres, mujeres
y niños.

Esto dejó la esperanza de que las mujeres que siguen siendo tratadas
sin el más mínimo respeto a su integridad, pudieran ser dignificadas,
por el simple hecho de que se les estaba observando.

Pero muy pronto llegó el olvido, llegó él “pues así es esto”, como
resultado de la confluencia de intereses que convergen en la zona
triqui, símbolo del olvido y la marginación con que el Estado nacional
mantiene a las comunidades indígenas.

Por eso, quienes le apuestan al olvido, cometen delitos y encuentran
fácilmente impunidad; complicidad.

Un año después, la situación en el municipio autónomo de San Juan
Copala sigue siendo la misma, al igual que en toda la zona. No pasa
una semana sin que se sepa de que constantemente hay detonaciones de
fuego. “Eso no es ninguna novedad, pero las comunidades están
tranquilas; la zona de conflicto está tranquila” asegura desdeñoso el
Comisionado de Seguridad Pública Jorge Alberto Quezadas Jiménez, quien
acaso conoce Oaxaca y su idiosincrasia a lo largo del tiempo que ha
permanecido al frente de la corporación. Nada más.

El problema aparentemente sigue siendo entre las dos organizaciones:
el Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT) y de la Unidad de
Bienestar Social y Lucha Triqui (UBISORT). Pero en el fondo de los
conflictos intercomunitarios, de control político, territorial,
etcétera, hay muchos más intereses que impiden a la región y etnia
triqui hallar su propio desarrollo

A un año del terrible asesinato de Teresa y Felicitas, que se cumple
este 7 de abril, ni la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos
contra Periodistas, dependiente de la Procuraduría General de la
República ni el gobierno estatal han ayudado o facilitado la
investigación para el esclarecer los hechos y castigar a los
responsables.

Lo afirma David Peña, abogado de las radios comunitarias, entre ellas
de “La voz que rompe el silencio”.

Si se le pidiera a las autoridades una explicación, un informe, tal
vez, como sucede con las heridas que apenas acaba de sufrir un niño
triqui, estas contestarían: “ Ahí en esta zona así son las cosas: es
normal”. No debiera ser éste el destino.

fridaguerrera@gmail.com

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