En el siguiente capítulo, el gobierno, como parte del elenco, podría usar la represión para rescatar el negocio de Larrea y su Grupo México
Carlos Fernández-Vega
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Protegido por el inquilino de Los Pinos (el anterior y el actual), Larrea (heredero de El Azote, como era conocido su padre, Jorge, patriarca del negocio y la fortuna familiar, ahora marca Forbes) no quita el dedo del renglón: acabar con Napoleón Gómez Urrutia, otro heredero de la clase política mexicana, aunque entre las patas se lleve a miles de trabajadores mineros –en primera instancia los de Mexicana de Cananea– que sólo exigen mejores condiciones laborales y respeto al contrato colectivo en las muchas concesiones mineras que el gobierno federal ha otorgado a este nefasto personaje de la elite empresarial del país.
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