domingo, 23 de agosto de 2009

Gobernar bien es una obligación

María Teresa Jardí

No es un mérito hacer las cosas bien. En general no es un mérito ni para el profesionista ni para el obrero ni para el estudiante ni para el profesor ni para la actriz ni para el policía ni para el juez. Es una obligación que trae aparejado el derecho del otro a recibir, a cambio del dinero que paga, una buena defensa o la hechura correcta de su casa, un buen armado del coche o unos zapatos realizados bien, el aporte que la buena enseñanza le traerá para el resto de la vida, la actuación inmejorable, la seguridad o la sentencia justa. Gobernar bien no es un mérito. Es una obligación. Tan gran obligación que las constituciones señalan que los pueblos tienen el derecho de quitar a los que no lo hagan así, incluso a través de la fuerza si la terquedad se opone a la razón; el artículo 39 en el caso de la mexicana así lo señala, a pesar de que la misma se encuentra convertida en la mujer maltrecha a base de violaciones a pesar de haber nacido diosa lozana para regir los destinos de una nación libre y soberana.
No, señor Gómez Mont, la crítica generalizada a lo que lleva, en los estados de derecho a los funcionarios, es a preguntarse sobre lo mucho que deben estar haciendo mal para que el sentimiento de cuestionamiento se haya generalizado de manera tan brutal que a los poco inteligentes los lleve a cuestionar lo que entre inteligentes siempre es bienvenido. Cuestionar públicamente a aquellos que ejercen el derecho a opinar denota inseguridad y olvido.
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Futuro incierto

Julio Pimentel Ramírez

Subrayar cotidianamente y en su momento, que en nuestro país los últimos seis gobiernos federales, con particular énfasis los del llamado “cambio” panista, han sumido al país en una profunda crisis integral, sistémica y estructural, en la que destaca la insensibilidad, incapacidad y corrupción del ilegÍtimo calderonismo, no significa criticar a México y mucho menos a su pueblo que, por lo demás, es el único organizado y consciente, capaz de transformar el actual estado de cosas.
En el campo de la seguridad pública, cuyos límites con la seguridad nacional se difuminan en tiempos de crisis y en medio de un acelerado proceso de militarización, es preocupante la espiral de violencia que no deja de sorprendernos por la brutalidad de los hechos de sangre y por la escalada de los actos de fuerza del llamado crimen organizado, con el narcotráfico como una de sus principales vertientes, que ha dejado durante lo que va de la actual administración más de 12 mil ejecuciones.
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¿Israel detrás del tráfico global de riñones?

Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme

Antecedentes:

Desde hace mas de una década era sabido en los informados círculos médicos y penales “el financiamiento por Israel de transplantes de órganos en otros países” en forma clandestina mediante una extensa red criminal, como confesó Geldaya Tauber Gady, alto oficial retirado del ejército israelí, ante un tribunal de Brasil: “el gobierno israelí está enterado del tráfico de órganos para los pacientes de su país y paga por todas las transacciones (sic) a través del plan 4 de salud” (BNET; Transplant News; 30.1.04).
Según Larry Rohter, del The New York Times (23.5.04), el israelí Ilan Peri es el cerebro tratante del mercado negro del transplante global de riñones a través de la empresa TechCom, con sede en Tel Aviv. Después de haber sido expuestos en Sud-África y Brasil, los traficantes israelíes de órganos trasladaron a China gran parte de sus operaciones.
Rohter arguye que la “emergencia de Israel como foco del sindicato” (criminal de riñones) “no causa sorpresa” debido a que por consideraciones religiosas “la tasa de donación en Israel (Nota: 8�se encuentra entre las bajas del mundo occidental
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