Paramilitares, grupos de autodefensa, guardias privadas y comunidades armadas surgen por todo el país ante una ola de violencia criminal inédita que ha puesto a México al borde de una explosión social. Ese es el resultado de la fallida estrategia de seguridad pública de la administración de Felipe Calderón, señala Arturo Alvarado, integrante de El Colegio de México y quien coordina una amplia investigación al respecto, de la que Proceso da cuenta en exclusiva. Lo peor, advierte el académico, es que el Ejército ocupa cada vez más espacios de poder, "a sabiendas de que está ante un conflicto real, no sólo de narcotráfico, sino en el largo plazo con la población".
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