
Es verdad que las 50 familias dueñas de los grandes capitales acumulados en México, son parte de los 110 millones de mexicanos dueños del subsuelo y sus recursos, incluido el petróleo administrado por PEMEX, según esos artículos precisamente; pero también es verdad que los ricos han acumulado sus riquezas con éxito gracias a que representan organismos parásitos que viven recargados en las empresas públicas.