El decreto del ejecutivo de facto para la liquidación de Luz y Fuerza del Centro así como la negativa de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social para entregar la toma de nota al Sindicato Mexicano de Electricistas, son prueba evidente de la mano dura de Calderón y, de su alejamiento con cualquier base social del país. Calderón, como siempre lo hemos sabido, está en la presidencia de la República, no por voluntad de los ciudadanos sino por el deseo e intereses de los poderes fácticos.
Toda la obra política de Calderón ha sido la prueba de que gobierna para unos cuantos. Ha basado su acción política en el miedo, en la generación de terror a la sociedad. Infundir desesperanza y desasosiego, con cualquier personaje o acontecimiento: con Andrés Manuel López Obrador (un peligro para México), con el crimen organizado, con el narcotráfico, con el virus de la influenza, con los “privilegios” sindicales, con la crisis económica, con la pobreza. La política del miedo es por antonomasia opuesta a una política fundamentada en la libertad. Con Calderón, cada vez, estamos más cerca de la dictadura y más lejos de la democracia.
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Toda la obra política de Calderón ha sido la prueba de que gobierna para unos cuantos. Ha basado su acción política en el miedo, en la generación de terror a la sociedad. Infundir desesperanza y desasosiego, con cualquier personaje o acontecimiento: con Andrés Manuel López Obrador (un peligro para México), con el crimen organizado, con el narcotráfico, con el virus de la influenza, con los “privilegios” sindicales, con la crisis económica, con la pobreza. La política del miedo es por antonomasia opuesta a una política fundamentada en la libertad. Con Calderón, cada vez, estamos más cerca de la dictadura y más lejos de la democracia.