Por Hasardevi
Desde las 4 de la tarde se congregaron los contingentes en Paseo de la Reforma, eran las 9:30 y seguían llegando al Zócalo cuando del mitin había terminado pero no así el entusiasmo y la energía que invadía a los que llegaban y a los que salían del Zócalo con gran júbilo, sabiendo que se había anunciado ya una mesa de negociación en la cual Esparza designaba a Marcelo Ebrard como intermediario en el diálogo con el gobierno Federal.
¿La cifra exacta? difícil de calcular pero con un flujo constante de personas durante casi 7 horas, uno evoca aquélla marcha multitudinaria contra el desafuero del hoy presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador. Había fiesta y apoyo de la gente que pasaba como entonces, sólo que aquí sorprendió la noche a los manifestantes que nunca cesaron de lanzar consignas, tocar música, bailar, sentenciar al gobierno, etc.
El SME era el centro, pero también se escuchaban las consignas en contra del gobierno usurpador y el “es un honor luchar con Obrador”.
Por otra parte, podría aventurarme a decir que ni el mismo SME se imaginó la magnitud de la marcha y la amplitud del apoyo que se manifestaría, claro, hay que decirlo como es: gracias al apoyo irrestricto que el presidente legítimo le diera y la convocatoria que éste lanzara para el apoyo a este movimiento al que se unieron otros sindicatos y movimientos ciudadanos. Y, como la consigna lo decía: "este movimiento se está volviendo 'obrero'", obreros, sindicatos, estudiantes y ciudadanía reunida...
Un día que culminó en una victoria sin duda alguna, alcanzada antes de lo que se hubiera pensado. Y es que, sólo imaginen a un zócalo y calles aledañas que otra vez corearan el nombre de Obrador; llegó entonces oportunamente el “acuerdo” de diálogo y la “disposición” a analizar la inconstitucionalidad de la medida tomada por el gobierno espurio... antes de que nuevamente López Obrador apareciera en escena ante la exigencia de la gente. Vaya visión la de este gran líder. Dos veces –dos, que el pueblo se desborda ante la injusticia infame de quien ensaya el fascismo como único recurso. ¿Habría negociación una tercera?