• Refraneando…
El que finalmente los honorables senadores hayan aceptado que el señor Agustín Carstens asuma la Gubernatura del Banco de México, sobre todo después de la andanada internacional que le soltaron las calificadoras que lo exhibieron como un inepto que dejó malas cuentas…
Se presta para comentar que “La culpa no es del indio, sino del que lo hace su compadre”. Y por si lo anterior no fue lo suficientemente claro, se puede agregar que “Tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”…
Por lo que el haber premiado la estulticia profesional y consecuentemente los malos resultados que ofreció don Agustín, no es solo culpa de Felipe Calderón, pues sabido es que “Cuando el barco se hunde, la culpa es del capitán”; sino también de los senadores que lo aprobaron, después de que dijo que lo que decían de él y su desempeño, no era cierto…