No lo inventé yo. Lo escribió en grandes letras infantiles en una cartulina escolar uno de los pequeños manifestantes de Nuevo Laredo. Compañero de juegos de Bryan y Martín Almanza Salazar, asesinados a tiros por los soldados. Y es que ya son muchos los niños muertos en esta guerra absurda y fuera de control.
Todavía antier, el secretario de Gobernación quiso matizar al decir que “la versión que se presenta como un fenómeno aislado no tiene precedentes en el comportamiento de nuestras fuerzas de seguridad”. O está muy mal informado o miente. Ahí le va: en la madrugada del sábado 2 de junio de 2007, en la comunidad de Los Alamillos, municipio de Culiacán, Sinaloa, soldados del Ejército mexicano mataron a tiros a Griselda Galaviz Barraza y a sus hijos Grisel, Juana y Edwin Esparza Galaviz de dos a siete años de edad y a otras dos personas. Fue en un retén, ¿le suena, señor secretario? Todos venían en una troca, ¿le vuelve a sonar? Y según Adán Esparza Parra, el padre, nadie les hizo señal de alto y “los militares abrieron fuego cuando, despacio, cruzamos el retén”, ¿le requetesuena, secretario? |